Santander enciende las alertas en el sector inmobiliario. El banco advierte de que el aumento de costes por la inflación, que cerró septiembre cerca del 9%, ya impacta en la promoción de viviendas y que está provocando un desajuste entre la oferta y la demanda por el precio. Esta situación, muy distinta de la burbuja de 2008, se está dejando notar en la concesión de hipotecas, que está cayendo desde los niveles récord alcanzados en trimestres anteriores.
"Lo que nos dicen algunos promotores es que no encuentran demanda al coste que ellos tienen. Por lo tanto, hay un tema de costes que afecta a la producción de nueva vivienda, que efectivamente es lo que no está incentivando tanto la demanda", avisó este miércoles José Antonio Álvarez, consejero delegado de Santander, en su última presentación de resultados como número dos del grupo.
Las promotoras están aplicando subidas del 23-28% en los presupuestos de obra respecto a 2019, antes del Covid, según estimaciones de la mayor consultora inmobiliaria del mundo, CBRE. El Santander, por su parte, descarta una burbuja del precio en el sector inmobiliario en España, que ha ido a contracorriente respecto a otros países del centro de Europa y Estados Unidos.
De hecho, el banco marca distancias respecto a la anterior crisis inmobiliaria. Financia de media el 62% del valor de tasación de una vivienda, cuyo precio es un 30% inferior a los niveles de 2008. En la actualidad, sólo el 16% de la cartera hipotecaria cuenta con un load to value, la relación entre la cantidad financiada sobre el valor de la propiedad, superior al 80%, el umbral a partir del que los expertos consideran que puede causar problemas en los bancos en caso de impago.
El Santander, por otro lado, ha reforzado su balance para afrontar la crisis de precios y la amenaza de recesión económica. El grupo ha provisionado 1.100 millones en los nueve primeros meses del año por las malas perspectivas, de los que 600 millones proceden de las dotaciones extra por el Covid. Los 500 millones restantes los cargó contra resultados, que repartió entre Reino Unido (300 millones) y España (200 millones).
La entidad descuenta una recesión "suave" a nivel global, pero no en el conjunto del año. "Sólo habrá unos trimestres en negativo combinados con un crecimiento del 0%", subrayó Álvarez. En el caso de España, comparte el consenso de que la economía se comportará mejor que en la media europea.
Santander no ve deterioros del crédito en la actualidad
La cúpula todavía no detecta un deterioro de las carteras de crédito y aclara que las provisiones extra para cubrirse de la caída de la actividad se deben a la contabilidad IFRS 9, que se adelanta a los riesgos y obliga a hacer dotaciones en base a un criterio de pérdida esperada, frente al de pérdida incurrida con la norma anterior. "Esto simplemente depende de cómo se consideraba la macro anterior con la actual. Y refleja el escenario macroeconómico aplicado a nuestra cartera. Uno puede tener una cartera muy buena", explicó Álvarez.
De cara a la recta final del año, Santander prevé hacer otros 300 millones en provisiones, que dependerá siempre de que no cambie el actual escenario macroeconómico. El grupo, no obstante, espera cerrar el año con un beneficio récord y mantener el ritmo de crecimiento de la rentabilidad.