El Banco Santander va camino de firmar el tercer expediente de regulación de empleo (ERE) en dos años, tal y como confirmó el propio consejero delegado de la entidad, José Antonio Álvarez, durante la presentación de resultados del tercer trimestre de la entidad.
Según publica Expansión, el grupo tendría pensado hacer un nuevo ajuste de 3.000 empleados, que se sumaría a las 4.000 salidas que ya realizó en 2018 y 2019, tras la integración del Banco Popular. Esto supone dejar casi a cero el contador de empleados que provenían de la entidad absorbida, pues contaba con una plantilla de 9.000 trabajadores a cierre de 2017.
Este drástico recorte de plantilla se hace en un contexto en el que los bancos, asfixiados por los tipos de interés negativos, necesitan reducir costes para mejorar su cuenta de resultados. Lo que sucede en esta ocasión es que el Santander ha decidido hacerlo mientras su presidenta, Ana Botín, pide "proteger a las empresas y los puestos de trabajo". Lo que supone una contradicción a todas luces.
El banco no ha dicho a cuántas personas afectará este nuevo ERE pero sí ha avisado de que no se realizará sólo en España. Este ajuste se extenderá a todos los mercados europeos en los que opera: Portugal, Reino Unido y Polonia. Asimismo, tanto Álvarez como Botín han reconocido que la cifra se pactará con los sindicatos, con los que se tendrán que reunir próximamente.
Fuentes de CCOO consultadas por Vozpópuli han reconocido cierto asombro con la información del diario económico pues el Banco Santander "siempre ha actuado respetando los marcos de las relaciones laborales". Asimismo señalan que la confirmación de la información "dinamita las bases que hasta ahora han servido para el diálogo social".
Resultados
El Banco Santander se anota pérdidas de 9.048 millones de euros en los nueve primeros meses del año después de haber conseguido un beneficio de 1.750 millones de euros desde julio a septiembre, según ha comunicado este martes la entidad al supervisor del mercado español, la CNMV. Este recorte del resultado neto se debe al impacto negativo de la covid-19 y a las dotaciones y el deterioro del fondo de comercio. Sin extraordinarios la entidad cántabra habría ganado 3.658 millones de euros.
No obstante, el Santander ha reservado 13 puntos básicos de capital para ofrecer un dividendo en 2021, siempre que las entidades supervisoras lo permitan. "Estoy convencida de que volveremos a dar dividendos en efectivo, cuando las recomendaciones regulatorias lo permitan, gracias a los resultados del grupo, la fortaleza de balance, nuestra posición de liquidez y nuestra diversificación de negocio", ha dicho Ana Botín.
En este contexto, el grupo español propondrá este martes en la junta general de accionista la aprobación de un dividendo en efectivo de 0,10 euros por acción. Santander ha seguido generando capital de manera orgánica, lo que le ha permitido sumar 14 puntos básicos de capital CET1 hasta situarlo en el 11,98%, es decir, en la parte alta del objetivo del 11-12%.
El grupo avanza más rápido de lo previsto en su plan de ahorro de costes, con eficiencias en los primeros nueve meses del año en Europa de 500 millones de euros, por encima del objetivo para todo 2020, que se suman a los 200 millones de 2019.