La Superliga de Florentino Pérez se frena. Al menos, de momento. "Cometimos un error y pedimos disculpas", han coincidido en señalar los clubes ingleses que apoyaron la iniciativa en sus inicios. Todos ellos -Manchester City, Liverpool, Manchester United, Tottenham, Arsenal y Chelsea, controlados por empresarios y fondos británicos, estadounidenses, rusos y árabes- decidieron a última hora del martes bajarse del barco. Además, este miércoles se han sumado a esa espantada el Atlético de Madrid y el Inter de Milán.
El Milan se ha limitado a decir que trabajará en una alternativa, en la misma línea que Florentino, lo que ha dejado al presidente del Real Madrid solo con los rossoneri, Andrea Agnelli (Juventus) y Joan Laporta (F.C. Barcelona). Este último, elegido presidente ya con el Barça dentro del proyecto, lo volvió a suscribir, aunque con una cláusula que supeditaba la decisión final al voto de los socios, según informó TV3.
Vozpópuli avanzó que Florentino allanó la entrada del Atlético en este selecto club de fundadores. Agnelli, paralelamente, ha secundado a Pérez como vicepresidente de la estructura primigenia, que se ponía como objetivo, hasta la cumbre con UEFA de este lunes, que la Superliga empezara en 2022 o 2023. Tras la salida de los equipos ingleses, el grupo liderado por Pérez y Agnelli emitió un comunicado afirmando que, "dadas las actuales circunstancias","quizá debamos reconsiderar las vías más adecuadas para rediseñar el proyecto".
En el mismo texto insistían en que, "pese a la anunciada salida de los equipos ingleses, forzada por la presión a la que fueron sometidos", están "convencidos de que su propuesta está completamente alineada con la legislación europea" y que "el actual status quo del fútbol europeo necesita cambiar".
La desbandada del 'Big Six'
La desbandada de los ingleses se produjo poco después de que los grandes operadores anglosajones dieran la espalda al proyecto, condenando al fracaso, por ahora, a la aventura liderada por el presidente del Real Madrid.
Dos días después de prender la polémica, los promotores de la Superliga no habían logrado atraer el apoyo oficial de ninguna de las grandes operadoras de televisión. Las principales multinacionales del sector audiovisual deportivo han rechazado, hasta el momento, cualquier acercamiento. De hecho, fuentes de distintas operadoras consultadas por Vozpópuli confiesan que el proyecto "se anunció estando muy verde".
El nerviosismo, las amenazas de la UEFA y el malestar de muchos seguidores había provocado hasta la reacción de algunos gobiernos, con el británico a la cabeza, que amenazó con hacer todo lo posible para salvar el deporte creado en Inglaterra.
Negativa de DAZN
La espantada de todos los clubes británicos se produjo en un momento ya delicado para el proyecto de Florentino Pérez, golpeado por críticas desde todas las direcciones. Fuentes cercanas a los promotores de la Superliga señalaron a Vozpópuli que uno de los agentes interesados en financiar el proyecto era la operadora con sede en Londres DAZN. Pero la compañía acabó cerrando las puertas al empresario español.
"Ni DAZN ni el Sr. Leonard Blavatnik (su dueño, ucraniano-británico) han participado ni están interesados en entrar a discutir sobre la creación de una Superliga y no se ha producido ninguna conversación al respecto", aseguran fuentes de la compañía este medio. El caso de DAZN es emblemático por haber sido uno de los principales operadores apuntados, entre bambalinas, por los promotores.
"Creemos que parte del drama y la belleza del fútbol europeo viene de la capacidad de cualquier club para el alcanzar el éxito a través de su rendimiento en el campo. No hemos estado involucrados en ninguna discusión para la Superliga", indican por su parte desde Amazon Prime. En la misma línea se han posicionado operadores británicos como Sky y BT, y la española Mediapro de Jaume Roures, actual realizadora de La Liga y la Champions.
Fuentes cercanas al proyecto abanderado por Florentino Pérez aseguraron en su momento a Vozpópuli que el objetivo más probable era que el torneo comenzara en 2022 o, en su caso, 2023. El comunicado del domingo precipitó lo anterior a este mismo agosto. Las mismas fuentes señalaban en las últimas horas que la única oferta televisiva sobre la mesa podría prevenir de Liberty Media, el grupo liderado por del estadounidense John Malone (79), dueño de la Fórmula 1.
Las mismas fuentes aseguran, no obstante, que han sido los impulsores de la Superliga quienes contactaron con el llamado 'rey' de la TV por cable en EEUU, y no a la inversa.
Este periódico ha contactado con Liberty, sin obtener respuesta por el momento. Del lado de la Superliga, la respuesta oficial es esta: "Por el momento, no vamos a aportar más información que el comunicado emitido el domingo. Sobre los derechos televisivos de la competición daremos más información a su debido tiempo", aseguraban los prometores del proyecto en la tarde de este martes, sin hacer alusión expresa a Liberty.
Ya a finales del pasado mes de enero Vozpópuli informó, citando a tres fuentes distintas, que la compañía estaba en conversaciones con el entorno de Florentino Pérez. La compañía no hizo comentarios ni antes ni después del artículo, ni los ha hecho después del comunicado oficial de la Superliga...ni los ha hecho hasta ahora.
El nexo americano
Este medio ha podido saber que la financiación que tenía garantizada hasta ahora la Superliga procedía fundamental y únicamente de fondos de inversión de Estados Unidos, en contacto con el banco de inversión americano JP Morgan y el vehículo de inversión Key Capital, socios de Pérez. Tanto el Manchester United como el Liverpool, grandes estandartes de la Superliga tras Florentino, están controlados por capital también estadounidense.
John Malone, conocido también en la industria audiovisual como el 'cowboy' de la televisión por cable por EEUU, tiene un patrimonio personal ronda los 8.000 millones de euros, aunque su imperio es considerablemente más voluminoso. Malone tiene ahora también especial presencia en Reino Unido a través de la propiedad de la teleco Virgin, la compañía que se fusionará a lo largo de este año con la filial británica de Telefónica. Esta última, huelga recordar, es dueña de los derechos televisivos de La Liga de fútbol y la Champions en España, con la que se hizo por primera vez a la baja hasta la temporada 2023/2024.
La Superliga, el otro gran circo, junto a la F1
Hace cuatro años, Liberty se hizo con el control del otro gran negocio deportivo en el mundo fuera de EEUU, la Fórmula 1, tras un acuerdo con CVC Capital Partners, un fondo británico de capital riesgo que entró recientemente en el fútbol (en concreto, en la liga italiana, con una cláusula relacionada a una posible Superliga).
Liberty se hizo con los derechos del 'Gran Circo' del motor tras pagar inicialmente a CVC 4.000 millones dentro de un acuerdo total de 7.000 millones, cifras similares a las que se barajan ahora para la Superliga europea de fútbol.
Malone, exmandamás de DirecTV (de AT&T) y NewsCorp, accionista mayoritario de Ticketmaster con participación en Discovery y protagonista de operaciones empresariales mano a mano con Rupert Murdoch, vería en la actual crisis generada por la pandemia una gran oportunidad para entrar, finalmente, en el negocio audiovisual del deporte rey en Europa, a través de la Superliga. Una posibilidad ahora más remota tras la espantada de los clubes británicos y su 'no' a Florentino Pérez.