Más de un centenar de vecinos del emblemático barrio granadino del Albaicín, salieron este domingo a la calle a protestar por la turistificación de un lugar que está obligando a los vecinos a marcharse a otras zonas de Granda. El problema no está sólo en Andalucía, también en el día de ayer, los vecinos de Santanyí, en Mallorca, protestaba por recuperar la playa de Calo des Moro, donde la gran afluencia de turistas cada día de la temporada de verano no permite a los vecinos disfrutar de “su playa”.
El turismo sigue siendo el principal motor de la economía española y se pudo comprobar durante la pandemia. España es un país de gran patrimonio histórico, sol, playas y buena gastronomía y eso hace que ya, en cualquier época del año, las calles de cualquier ciudad estén llenas de turistas. Pero lo más grave, es que muchos vecinos acaban dejando sus casas como es en el caso del Albaicín, en el que le es imposible coger un autobús para subir a sus casas.
Desde la plataforma ‘Albaycin Habitable', han criticado en la protesta que este barrio granadino se está vaciando, y que los vecinos no pueden apenas vivir allí, ya que la especulación inmobiliaria está destruyendo el barrio.
Señalan, además, que “cuando vamos a coger el autobús urbano para subir al barrio muchas veces es imposible. Tenemos que esperar a que pasen dos o tres autobuses para poder encontrar huecos. El autobús no es una atracción turística para los vecinos, es un bien de primera necesidad para la persona que va a trabajar o para el anciano que no puede subir una cuesta el autobús. No es un capricho".
En las Islas Baleares, la situación no es mucho mejor. Si a los trabajadores destinados en Palma de Mallorca se les hace un mundo poder encontrar una casa y algunos incluso tienen que dejar la plaza porque no consiguen un lugar decente para vivir, los turistas además copan playas en la época estival hasta límites que los propios vecinos no pisan sus calas desde mayo hasta octubre. Por eso, en la mañana de este domingo, familias con niños, mayores, grupos de jóvenes y mascotas se acercaron a Caló des Moro para participar en una concentración que copaba todos los rincones de la playa.
"Lo que pedimos aquí de alguna manera es que se pongan restricciones y regulaciones aquí con tal de que pueda mejorar la calidad de vida de los residentes de Mallorca y de Santanyí frente a esta masificación", apuntaba uno de los asistentes a la concentración.
Antes de las nueve de la mañana los vecinos ya habían llenado la playa, antes de que llegasen los turistas. Una gran pancarta amarilla colocada sobre la orilla rezaba el ya famoso hashtag del movimiento: #OcupemLesNostresPlatges. También sobre la arena había otra pancarta de SOS Residents, donde se podía leer "es el momento de parar". Mallorca Platja Tour, han sido los promotores de esta inciativa, y han logrado su objetivo con creces "visibilizar la situación de los residentes durante la temporada estival y recordar a los políticos que su compromiso es con los ciudadanos de la isla, no solo son los visitantes”.
La otra cara: turistas y promotores
Michael y su pareja, dos ingleses alojados en Santanyí, leen detenidamente el panfleto que le proporcionan los vecinos antes de bajar a Caló des Moro. Sin embargo, continúan hacia la playa y aseguran no sentirse "en un ambiente hostil". "Entendemos lo que reivindican. Tampoco es culpa nuestra, pero al final una isla es más limitada y supongo que cuando hay excesos se nota más rápido", apunta el inglés.
Un representante de las asociaciones de pisos turísticos, recibió abucheos por parte de los asistentes a la convocatoria en el Albaicín granadino. Se está "criminalizando" a los propietarios y gestores de viviendas turísticas en una actividad que ellos consideran reglada y legal. "Consideramos que estamos sufriendo un ataque por distintos medios por unos intereses que no compartimos. Venimos aquí porque queremos dialogar y escucharlos. Pero creemos que esta convocatoria de hoy no es el mejor forma de dialogar y de buscar acuerdos para el consenso", apuntaba este representante.