España no ha recuperado aún a todos los turistas extranjeros que recibía antes de la pandemia. Aunque la tendencia ha sido de notable mejoría respecto al año anterior, doblando la cifra de viajeros internacionales que llegan a nuestro país, este verano no han venido tantos como en el de 2019.
Así se desprende de las cifras de la encuesta Frontur, que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE), y que recoge que en julio llegaron a España 9,1 millones de turistas extranjeros, cerca de un 10% menos que en el mismo mes de 2019, cuando viajaron a nuestro país algo más de 9,8 millones. Se trata de una mejora evidente si se compara con meses anteriores (en junio, por ejemplo, fueron 7,4 millones frente a 8,8 millones del mismo mes de 2019), pero supone una "ralentización" respecto a la entrada de turistas en el último año prepandemia.
"Aunque ha sido un verano bueno, si nos fijamos solo en turismo extranjero vemos que todavía hay una caída en el acumulado del 21% respecto a los turistas que nos visitaron en 2019", explica el secretario general de la patronal Cehat, Ramón Estalella, que apunta a que el descenso más notable se ha dado en Cataluña (-28%) y Madrid (-26%).
Los turistas nacionales compensan la caída
En lo que respecta al gasto que realizaron en julio estos turistas, cifrado en 11,8 millones de euros, es también un 10% menor que en 2019, cuando rozó los 12 millones. Para los empresarios hosteleros, que esperaban al turista extranjero para 'esquivar' el efecto de la inflación, ha supuesto un cambio de tendencia respecto a sus previsiones. No obstante, por el momento esta caída está siendo compensada por el turista nacional, por el que este verano se han llegado incluso a superar los niveles de reservas hoteleras de 2019 en varias zonas españolas.
De hecho, alojamientos como los apartamentos, albergues e incluso el turismo rural han superado ya las cifras de pernoctaciones registradas en 2019, por el impulso del turista español. "Nosotros los hoteleros decimos que lo importante es que vengan personas, pero aún cae respecto a 2019", apunta Estalella, que insisten: "El problema es afrontar el futuro".
Para los empresarios hoteleros, la incógnita es el otoño. "Las cuentas de explotación son iguales porque la inflación es altísima, aunque subamos los precios, y para nosotros el verano acaba a final de septiembre", comenta el secretario general de la patronal, que aplaza a entonces el balance: "Lo importante son las cifras finales".
Los precios, al alza
El mayor nivel de turistas en los alojamientos españoles se está produciendo pese al aumento de precios que están registrando. En julio, recoge el INE, el Índice de Precios de Apartamentos Turísticos (IPAP) aumentó un 12,6% en julio respecto al mismo mes del año pasado, mientras que el Índice de Precios de Campings (IPAC) lo hizo un 5,5% y el Índice de Precios de Turismo Rural (IPTR) un 7,1%.
En lo que respecta a los hoteles, estos establecimientos facturan casi 20 euros más por habitación que antes de la pandemia. De hecho, los hoteles facturaron en julio 121,4 euros de media por habitación ocupada. Este indicador, que responde a las siglas en inglés de ADR (Average Daily Rate), supera de forma notable al del mes de junio, con 105,65 euros, y es la cifra más alta desde que hay registros en el INE, desde enero de 2008.
