El presidente de la Fundación Unicaja, Braulio Medel, no está dispuesto a diluir su peso por debajo del 30% en el caso de que finalmente la entidad se fusione con Liberbank, según fuentes financieras consultadas por Vozpopuli.
De hecho, este fue el motivo real por el cual las conversaciones se pararon en mayo de 2019. No se llegó a un acuerdo en la ecuación de canje porque Unicaja no quería -o no podía- bajar del 60% para que la fundación no perdiera las ventajas fiscales. Lo mismo sucedió en la fusión de Bankia y Caixabank. En este caso, era CriteriaCaixa, presidida por Isidro Fainé, la que no quería diluirse por debajo del nombrado umbral.
Pero por otro lado, el Estado, a través del FROB, tampoco quería perder la plusvalía prometida. Finalmente, el Banco Central Europeo (BCE) permitió a Criteria aumentar su participación en Caixabank de manera temporal para que ésta no perdiera el peso requerido y dar, por consiguiente, el tamaño que pedía el principal accionista de Bankia en la entidad fusionada.
La misma jugada se podría repetir en la fusión de Unicaja y Liberbank. Pero esta vez en favor de la caja andaluza. De esta forma, las negociaciones podrían no ser tan rígidas como el pasado año y así llegar a un acuerdo que favorezca a las dos partes. Además, la situación actual es muy distinta a la del 2019, cuando la covid-19 no había estrechado los márgenes y sobre todo, porque el supervisor europeo no había puesto en marcha ciertas medidas que favorecen la concentración.
Por ejemplo, en el caso de que consigan llegar a un acuerdo, Unicaja y Liberbank no tendrán que hacer una ampliación de capital, tal y como especulaba el mercado. Según fuentes conocedoras del proceso, dicha ampliación nunca estuvo en la hoja de ruta de las entidades, pues consideraban que tenían capital suficiente y capacidad para poner diferentes instrumentos financieros en el mercado para financiar la operación. No obstante, sí es cierto que el BCE les recomendó hacer la ampliación de capital.
Cabe destacar que las negociaciones en este momento se encuentran en una fase muy preliminar. Los bancos tienen que convocar a sus consejos para que den el visto bueno para un eventual proceso de 'due dilligence' y a la contratación de los asesores financieros y legales.
Una boda sin resolver
Unicaja y Liberbank estuvieron a punto de cerrar su fusión el pasado año. Pero el desacuerdo en la ecuación de canje echó todo por tierra. Unicaja quería que fuera un 60% para su entidad y un 40% para Liberbank, pero la caja asturiana quería más, hasta el 43% del banco resultante.
Las conversaciones también se complicaron cuando Abanca decidió lanzar una contraopa por Liberbank, que no llegó a buen puerto, tras el ultimátum de la CNMV. Ese 'susto' hizo reaccionar a ambas partes y saldaron la 'due dilligence', tal y como expusieron al organismo que dirige Sebastián Albella.
De haberse producido la 'boda', tal y como la bautizó Credit Suisse, la entidad resultante se hubiera convertido en la sexta más grande de España por activos, con más de 92.000 millones de euros, por delante de Bankinter.
Además, ambas redes de sucursales contaban con sinergias muy buenas y sumarían 1.886 oficinas en total, 1.182 de la caja andaluza y 684 de la asturiana.