La Policía Municipal de Madrid, más de seis mil agentes, anda revuelta estos días. La dimisión del inspector jefe por el asunto Arena hizo que se nombrara de manera provisional a un subinspector que se jubila el próximo mes de octubre. Nadie lo entendió.
Lo malo es que este responsable policial tiene aún casi tres semanas de vacaciones que tiene que tomar, después de su incorporación por algunos problemas de salud que este Buscón espera que supere rápidamente.
Algunos mandos culpan a la alcaldesa de no haber precipitado la salida de Monteagudo y de tener que colocar en la Jefatura a un hombre que está pensando más en su salida dentro de unos días que en otra cosa.
En el cuerpo hay un gran malestar también después de que el pasado miércoles la alcaldesa, Ana Botella, hiciera una visita a las obras de la Ciudad de la Seguridad, el nuevo complejo de la Casa de Campo.
El Ayuntamiento de Madrid va a trasladar a este ‘pentágono’ municipal los cuarteles generales de la Policía Municipal, Bomberos y Samur. Se van a invertir diez millones de euros en esta zona en la que trabajarán 673 empleados públicos en tres edificios.
Pero en la visita que giró Ana Botella no había ningún representante de los responsables técnicos de la Policía, Bomberos o Samur, algo inusual. “Eso es lo que contamos para la alcaldesa y su equipo”, llegó a decir un jefe policial a este Buscón.
“Si no estaba el inspector jefe hay una escala técnica que puede representar perfectamente a la Policía Municipal de Madrid que tendrá que trabajar en unas instalaciones que ya no inaugurará la alcaldesa”, decía otro agente.
Los responsables policiales se han tomado como un desprecio este gesto, que se suma a lo que llaman una desmotivación general en el cuerpo, a pesar de que no hay conflictos laborales a la vista.
El día 25 de septiembre termina el plazo para presentar el currículum los que quieran optar a la plaza de inspector jefe. A este buscón le dicen que ya hay tres con los papeles preparados…
