Va camino casi de convertirse en cuestión de Estado que algún invitado a la casa de Bertín Osborne acierte a encender a la primera la dichosa cocina de inducción. Un electrodoméstico con tintes diabólicos no sólo para el presentador sino para todos aquellos que se atreven a acercarse a esa placa vitrocerámica. Desde los presidenciables Mariano Rajoy o Pedro Sánchez hasta Pepe Rodríguez, con una estrella Michelin en su haber. El caso es que el talk show de La 1, tras el paso de los líderes de PP y PSOE, se ha colado en el mando a distancia de los banqueros españoles.
Varios de ellos reconocen, en los últimos días, que sería un gran paso para humanizar la imagen de los banqueros, tan vilipendiada durante la crisis por las preferentes, desahucios, salida a Bolsa de Bankia, el millonario rescate, las cláusulas suelo… que algún presidente se dejara caer por el sillón de Bertín. Voluntarios, sin embargo, para conversar entre los cojines amarillos hay pocos. Por no decir ninguno.
Algunos señalan que Isidro Fainé, presidente de La Caixa, sería un gran conversador frente a Bertín. Otros, que José Ignacio Goirigolzarri sorprendería con su gracejo humorístico de Bilbao. Incluso que podría contar aquella anécdota del día que visitó la Alhambra de Granada, junto a su mujer, y sintió la popularidad cuando un autobús de jubilados le abordó al grito de “¡ahí está Goiri, el de Bankia!”.
Pero en cuanto se habla del ‘momento cocina’ existe una posición común frente a un nombre: Francisco González. “Él (por el presidente de BBVA) es el único que sería capaz de encender la dichosa placa de inducción”, coinciden varios altos directivos de la banca española. “Todo lo que tenga que ver con aparatos digitales FG es nuestro representante”, bromeaba otro, en clara alusión al presente discurso de digitalización del presidente de BBVA en todas sus alocuciones públicas.
Lo cierto es que Osborne tampoco tendría que sufrir para encender su vitrocerámica en caso de que le visitara González, especialmente si el menú fuera de tarde-noche. El presidente de BBVA es un convencido de las cenas ligeras a base de ensaladas y frutos secos. Poco que ver con las empanadas ‘made in Moncloa’ que degustaron el cantante y Rajoy o la cerveza picante con la que encendió los ojos de Sánchez.