El gobierno lanzó la propuesta el pasado mes de noviembre y los medios de comunicación nos hicimos eco enseguida: el ejecutivo de Mariano Rajoy no tenía mejor idea para dar salida a la ingente cantidad de viviendas construidas durante el boom inmobiliario que conceder premisos de residencia a todos aquellos extranjeros que se rascaran el bolsillo para comprarse un inmueble de un importe superior a los 160.000 euros. La iniciativa, que ya es utilizada en países como EEUU, Irlanda, Canada o nuestra vecina Portugal, cogió a todos por sorpresa. ¿A todos? No exactamente. Al menos un grupo muy reducido de personas llevaba ya un año dándole vueltas a la idea: nada menos que algunos de los más destacados integrantes de la mafia china desmantelada en la Operación Emperador.
Así lo ha revelado la investigación y, sobre todo, los pinchazos telefónicos. Una de las conversaciones telefónicas es especialmente significativa en este sentido. Se produjo el 22 de diciembre de 2011, es decir, once meses antes de que el Ejecutivo sacara a la luz su propuesta. Entonces, el empresario catalán Rafael Pallardó, detenido meses después por ser uno de los presuntos cabecillas de la trama de blanqueo utilizada por la mafia china, hablaba con una persona cuya identidad este Buscón se reserva ya que no le consta que haya sido imputado en la causa. Uno y otro charlaban sobre cómo traer y llevar dinero a un lado y otro de la frontera sin rendirle cuentas al fisco cuando en un momento dado de la conversación el por ahora anónimo personaje le explicó a Pallardó que su intención era vender pisos a ciudadanos chinos residentes en España como ya había empezado a hacer con los rusos, y que para ello busca un aliciente que atragese a estos inversores al maltrecho ladrillo español.
¿Cuál? Los 'papeles' de residencia. El empresario le comentó que llevaba tiempo mandando "mensajes a gente de arriba" para que incorporasen un nuevo incentivo a la compra de inmuebles. En concreto, "que le den [permiso de] residencia a los chinos que quieran comprar propiedades en España". Pallardó, estrechamente relacionado con Gao Ping, supuesto líder de la trama, y con la red de blanqueo encabezada por ciudadanos de origen hebreo, asientió y confirmó que era una buena idea. "Los chinos tienen dinero legal pero en China no hay fiscalidad", aseguró, aunque reconocía que "en este momento no tienen la pasta que hace cinco años".
La conversación siguió durante cerca de quince minutos, pero los dos interlocutores no volvieron a sacar el tema de los 'papeles por pisos caros', sino que charlaron sobre otras cuestiones más delictivas como la manera de convertir en dinero contante y sonante en España el que se tiene oculto en paraísos fiscales. Este Buscón no ha encontrado en el ya voluminoso sumario que instruye en la Audiencia Nacional el juez Fernando Andreu más referencias a la idea, pero no deja de ser llamativo que once meses después de la conversación el Gobierno Rajoy lanzara la propuesta. El propio secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, aseguró en un desayuno informativo que la medida estaba pensada especialmente para inversores rusos... y chinos. Una coincidencia 'imperial'.