Sus despachos son cada vez más frecuentes y han alcanzado buena química entre ellos. El director del CNI, el general Félix Sanz, se ve varias veces a la semana con la vicepresidenta primera y en su casa todo el mundo comenta que tiene asegurada la continuidad en su cargo, decisión a la que no es ajeno tampoco el rey Juan Carlos.
Sanz llegó a convertirse con el anterior Gobierno en jefe de los espías por influencia del ex ministro socialista Javier Solana. Después de los conflictos por los que atravesó el CNI en la etapa de Alberto Saiz, con José Bono como ministro de Defensa, la llegada del general Sanz fue muy bien recibida por el personal del Centro, pues evitó los amiguismos e impuso en los servicios de inteligencia mucho sentido común. De misa dominical, votante del PP y entregado por entero a su tarea, puso su cargo a disposición de Mariano Rajoy nada más llegar éste al Gobierno el pasado diciembre.
El presidente encargó a Soraya Sáenz de Santamaría la interlocución directa con el jefe de los espías y desde el principio se cayeron bien. Su relación se ha afianzado tanto en los últimos meses que en el Gobierno se da por hecha su continuidad al frente del CNI, opción por la que también apuesta el titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, uno de los ministros con acceso directo a Mariano Rajoy.
