Las cosas van por el buen camino. Eso piensan al menos en algunos despachos de Génova tras conocer el último barómetro del CIS. "No podemos empezar el año con mejores perspectivas", comentaba a este Buscón uno de los más fiables escrutadores demoscópicos que trabajan para el PP. Y no es del equipo de Arriola, por cierto. Aumenta el optimismo económico y la corrupción baja unos cuantos puntos. Algo es algo. La línea contraria a la que mantienen en las tertulias 'enemigas', comentaba esa misma persona que invitaba amablemente a un café muy madrugador a este Buscón.
Ya está bien de cenizos
El CIS ha hablado y para estos analistas, ofrece algunos elementos muy dignos de consideración. En año electoral, se trata de una herramienta que no puede despreciarse, cocinas aparte. "No hay que caer en el arrebatado optimismo pero ya está bien de los cenizos", decía este personaje, terno gris muy leve, propio de la suavidad de este invierno tan agradable que se vive en los madriles.
Hay dos datos a tener en consideración. En efecto, crece tibiamente el optimismo sobre la evolución de la economía. Son seis puntos, algo es algo. Pero los pesimistas, los que se abonan a la prédica del derrotismo caen en torno a siete puntos. Nada desdeñable, en especial si se analizan las tendencias. La encuesta se llevó a cabo en los primeros doce días de diciembre, cuando aún el efecto de la caída del precio del crudo sobre la economía no resultaba tan apreciable.
El desempleo sigue ahí
Le destaca también al Buscón otro dato nada desdeñable: el referido a la corrupción, el factor estrella de nuestra política, que cae como motivo de preocupación. Desciende cuatro puntos. Algo lógico ya que el anterior estudio se había celebrado en coincidencia con la denominada ‘Operación Púnica’, que se llevó por delante a algunos altos representantes del Partido Popular, como Francisco Granados, mano derecha de Esperanza Aguirre durante años.
No podían emitir señales más optimistas este CIS, "muy poco cocinado", según mi interlocutor, abonado al café sólo, sin azúcar ni aditamentos, para combatir los excesos navideños. Optimismo de cara al futuro económico y la corrupción pierde peso. El paro, desde luego, sigue en la cima de las inquietudes nacionales, aunque en esta ocasión desciende un punto y medio. El declinar es lento, pero es declinar, mantiene mi vitalista interlocutor.
"Este CIS no sólo le da la razón a Mariano, empeñado en que las elecciones se ganan por el bolsillo, sino que desacreditada quienes pensaban que tendríamos un 2015 dominado por Podemos de cabo a rabo, y no va a ser así", comenta. Cierto que en el partido hay voces discordantes que consideran que los asuntos más políticos, como Cataluña, tienen también importante peso entre sus votantes. O temas sociales, como por ejemplo el aborto o los desahucios. Posiblemente están influidos por determinados medios televisivos. "Ya sabes de qué canales hablamos, de los italianos, que son los que mandan en este país, jejeje". Por ejemplo el asunto desahucios apenas preocupa al 1,6 por ciento de los consultados. "Con la lata que han dado desde algunos partidos y algunos medios, que hasta nos han llamado asesinos de pobres y ancianos o poco menos. Cuánta manipulación y cuánta mentira", se indigna el destacado estratega popular.
Las elecciones se ganan con un buen crecimiento económico que permita una mayor creación de riqueza y por lo tanto de empleo, sostienen en el cuartel general del PP. Es decir, "Mariano tiene razón", una vez más. Las previsiones son que la situación económica siga en lenta mejoría hasta la fecha electoral de las autonómicas y que incluso aún experimente una mayor fortaleza para las legislativas de final de año. "Las cosas van a ir a mejor. En eso ha insistido siempre Mariano, con mucha gente del partido en contra. Y van por ahí los tiros. Lo dice el CIS y mucha más gente", concluye el dictado dirigente de Génova, dispuesto a lanzarse con entusiasmo al año electoral más complicado de los últimos tiempos.