Esperanza Aguirre está contenta tras un disgusto que se llevó el pasado martes. En un despiste Pecas, su famoso perro, se escapó y viajó libremente por las calles madrileñas, por suerte, con menos coches que habitualmente debido a las vacaciones de agosto.
Lo más curioso es que el que encontró al perro, casi ya vagabundo, fue un agente de Movilidad, compañero de aquellos que multaron a la presidenta del PP de Madrid por aparcar en el carril bus. El funcionario llevó al perro a un veterinario que leyó del chip del animal un número de teléfono y el nombre del propietario, Fernando Ramírez de Haro, el esposo de Esperanza Aguirre.
El móvil del marido de Esperanza Aguirre respondió a los agentes con una cantinela: "Yo soy, español, español, español"
La segunda sorpresa del agente fue el tono del móvil cuando llamó al propietario. Le dicen a este buscón que decía algo así como: “Yo soy español, español, español”. Luego, ya con su interlocutor al aparato, le informó de que habían encontrado al famoso ‘Pecas’ en la calle, lo que alegró a la familia.
Le cuentan a este Buscón que el agente recogió al animal en la calle Ferraz, muy cerca de la sede del PSOE, y muy alejado del domicilio del matrimonio. Pecas, un jack russell terrier, se hizo famoso por ser uno de los primeros perros que abrió una cuenta en Twitter (@SoyPecas). Lo hizo con motivo de las anteriores elecciones autonómicas en las que venció Esperanza Aguirre y estuvo muy activo durante toda la campaña. En las últimas municipales participó en un acto en defensa de las mascotas.
En su perfil Pecas se definía como un perro que vivía en Malasaña “con una rubia castiza” y añadía que era “incontrolable, “liberal” y “seductor”.