El centro logístico de Lliçà d'Amunt (Barcelona) es el corazón de Mango. El proyecto comenzó a funcionar en 2016 tras una inversión de 232 millones de euros para distribuir a sus 2.100 tiendas físicas y online del mundo desde un único punto. Mango iniciará a principios del próximo año su ampliación, que espera esté en funcionamiento en 2023.
Hasta ahora, las instalaciones cuentan con una superficie cercana a los 190.000 metros cuadrados y es el centro de la operativa de su estrategia de crecimiento al poder triplicar la capacidad. A plena capacidad, este centro gestiona cerca de 75.000 prendas por hora, con 70 camiones diarios para los envíos. Al año, puede llegar a procesar 130 millones de prendas.
La ampliación, dar servicio al cliente final
Sin estar aún a pleno rendimiento, el centro tendrá una ampliación con 90.000 metros cuadrados adicionales. Esta ampliación se debe a la perspectiva de la textil sobre su crecimiento en la próxima década, según ha explicado Toni Ruiz, director general de la compañía, en la rueda de prensa tras mostrar el corazón de su distribución.
Esta ampliación, que ya estaba proyectada desde el momento en que se diseñó el centro logístico, supondrá una inversión de unos 35 millones de euros. Con la ampliación se permitirá al centro poder seguir asumiendo el crecimiento de la logística de e-commerce,pudiendo enviar pedidos directamente al cliente final, y por otro, dotará de mayor capacidad y agilidad a la zona de expediciones.
600 empleados en 180.000 metros cuadrados
La gigantesca nave es versátil y se adapta a los pedidos, a las diferentes tipologías y tamaños de cliente, entre tiendas propias y franquicias tradicionales y online.
Además, tiene la capacidad de preparar pedidos de e-commerce para el cliente final, prueba que ya está realizando Mango en una de sus tiendas. Para cubrir todo el proceso se han contratado a 600 empleados.
El nuevo centro logístico reabastece al almacén de e-commerce ubicado en la sede de Mango en Palau-solità i Plegamans, apenas a unos pocos kilómetros, que da servicio a todo el negocio online, excepto a los países en los que Mango dispone de almacenes satélite como Alemania, México, China o USA, entre otros.
"Es una apuesta clave para nosotros porque nos permitirá absorber el crecimiento de la compañía en los próximos años y también nos asegura poder ser capaces de reaccionar de forma mucho más rápida a las necesidades de nuestros clientes", ha afirmado Ruiz.
Minimizar el tiempo de entrega
La instalación opera hasta ahora 600.000 prendas diarias, está preparada tanto para la gestión de prenda doblada como colgada, dispuestas en gigantescos silos y con un código QR en cada una de las perchas y cajas para conocer su ubicación exacta.
La ropa colgada entra en barras desde el camión y sale de la misma forma a las tiendas más próximas, para evitar que se manipule durante las tres o cuatro horas que permanece en el interior. Este silo tiene una altura de 25 metros, como un edificio de 9 plantas, con capacidad para almacenar hasta siete millones de abrigos, vestidos o americanas, entre otros.
Las prendas se descargan a través de nueve muelles telescópicos, sin descolgarse en ningún momento, para ser colocadas en los raíles del almacén. A partir de las necesidades de cada una de nuestras tiendas y mediante avanzados algoritmos de predicción, las prendas se envían posteriormente al interior de la red de distribución del silo, dividida por tallas y colores, para ganar tiempo a la hora de encontrarlo para enviarlo.
En otro silo se sitúa la zona de doblado, con cuatro almacenes donde se guardan las cajas con las prendas. Este silo es más alto que el anterior, hasta 35 metros de altura, y en su interior se guardan cerca de 20 millones de prendas ubicadas en 800.000 cajas.
Proceso automático
Desde los almacenes las prendas se dirigen al otro almacén, denominado Stingray, cuya capacidad es de dos millones de unidades. La función es alimentar los clasificadores y minimizar el tiempo de entrega de los pedidos de las tiendas.
Dentro de este centro se registran hasta 400 órdenes automáticas, desde la recepción hasta el picking, sin necesidad de la mano humana. Por su parte, los clasificadores permiten hacer repartos de hasta 900 pedidos distintos, al mismo tiempo que se encajan de forma ordenada para facilitar el trabajo de recepción de la mercancía en las tiendas.
El centro también dispone de un Sistema de Gestión de Almacenes (SGA) de última generación, versátil y altamente flexible, que posibilita atender las necesidades cambiantes del negocio.