El pleno del Parlament se reunirá el próximo viernes para dar luz verde a los nuevos presupuestos de la Generalitat para este 2020. Lo hará en plena pandemia del coronavirus y con la asistencia de "un grupo reducido de diputados". El resto votará por delegación o por vía telemática. Y, junto con las nuevas cuentas autonómicas, está previsto que se dé también salida a la subida de diversos impuestos entre los que se encuentran el de sucesiones y el IRPF, tal y como acordaron el pasado mes de diciembre JxCat, ERC y En Comú-Podem. Se implantará, además, un nuevo impuesto ambiental.
Con más de 7.000 muertos sobre la mesa a causa del COVID-19, el Ejecutivo de Quim Torra impulsará un impuesto de sucesiones que fue rebajado al mínimo por el Govern del también convergente Artur Mas en 2011. Lo ha hecho a cambio del apoyo de los comunes y afectará sobre todo a los herederos de patrimonios que superen el medio millón de euros. Así, quienes, por ejemplo, hereden propiedades por valor de 250.000 euros tendrán que pagar 2.932 euros a partir de este año, cuando, hasta ahora, el cobro era de 173 euros, según informó La Vanguardia el pasado mes de diciembre. Los que hereden propiedades por valor de 500.000 euros deberán abonar 20.000. Y, si la herencia supera los 3 millones, el importe a pagar rondará los 500.000 euros. Está, además, previsto entre el Govern y los comunes modificar el impuesto de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados. Una modificación que permitirá al Ejecutivo catalán incrementar la recaudación en 13,2 millones de euros.
Rentas más altas
En lo que al IRPF se refiere, afectará fundamentalmente a las rentas más altas, que, con una base liquidable superior a los 90.000 euros, tendrán que pagar un tipo autonómico del 23,5%. A partir de los 120.000 euros, el tipo sube hasta el 24,5%. En el caso de las rentas más bajas, se aumentará el mínimo exento solo para los que tengan una base imponible inferior a los 12.450 euros. Esta medida beneficiará a 205.000 contribuyentes.
