Los cortes diarios independentistas de la Meridiana seguirán torturando e incordiando a vecinos, comerciantes y conductores como mínimo tres semanas más. La Conselleria de Interior, que dirige Miquel Buch, ha ampliado a la ANC el permiso para poder manifestante en la estratégica arteria barcelonesa hasta el próximo 18 de marzo, sin poner ninguna objeción a los solicitantes y sin tener en cuenta los informes de la Guardia Urbana que exigen la suspensión inmediata de la protesta.
Los accidentes, atropellos, disturbios y agresiones protagonizados por los CDR que se suceden en la avenida Meridiana de Barcelona desde el pasado 14 de octubre de 2019 parece que no importan nada a la Generalitat. Las quejas reiteradas de los afectados por 136 días de bloqueo en una de la principal entrada a Barcelona desde el Este han caído hasta ahora en saco roto. El viernes 28 de febrero expiraba la autorización que le fue concedida a la ANC el 7 de diciembre de 2019 (hasta esa fecha se cortaba la avenida sin permiso ninguno) y en el barrio se creía que por fin se acaban los problemas. Pero nada más lejos de la realidad.
A Busch no le ha afectado en lo más mínimo que el teniente de alcalde de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, denunciara hace solo unas semanas que los cortes de la Meridiana eran “abusivos” y que la Guardia Urbana tenía pruebas de que estaban provocando graves problemas cívicos, viarios y de convivencia, amén de las pérdidas económicas a los comerciantes y restauradores de la zona.
Alteración del orden público con riesgos para personas y bienes
La policía barcelonesa ha documentado “alteraciones de orden público con riesgo para las personas y bienes" como las actitudes “violentas y hostiles” contra los propios agentes (25 de enero), vehículos atrapados y golpeados por los encapuchados (28 de enero), actitudes muy agresivas contra conductores y agentes policiales (1 de febrero), ataque a un motorista (1 de febrero) o una hoguera de grandes dimensiones que desencadenó una densa humareda que afectó a los vecinos.
Peros según el conseller de Interior, esto son nimiedades y la Constitución y al derecho de manifestación de los separatistas “prevalecen” y están por encima de los perjuicios que los manifestantes y encapuchados causan a los vecinos, a los comerciantes y a los conductores de motos y automóviles. Como respuesta, Busch ha esgrimido un discutible informe elaborado por los Mossos d’Esquadra” favorable” a los cortes porque "no suponen un riesgo ni para las personas ni para los bienes".
Si se lee con detenimiento la Constitución Española, se comprueba que ésta acota el derecho de manifestación cuando se pone en riesgo la seguridad de las personas. Y esta situación ya se está dando por mucho que la Generalitat, con fines partidistas, lo haya pasado por alto. Sin ir más lejos, hace unos días se registraron dos serios atropellos de manifestantes en días consecutivos y hace una semana se agredió al periodista Xavier Rius, agresión que no ha sido condenado por el Govern. Y la tensión parece que va en aumento.
Portazo oficial a los comerciantes y restauradores
Según los pequeños comerciantes, las barricadas diarias les están generando pérdidas astronómicas que ya rozan el 40% de la facturación, especialmente cruel con los bares y restaurantes del entorno de Fabra i Puig. La agrupación de comerciantes Fundació Barcelona Comerç ha intentado en vano negociar una salida tanto con Buch como con la ANC pero nadie los recibe.
Como contraofensiva, las entidades Impulso Ciudadano y S’ha Acabat han recogido más de 2.000 firmas que solicitan el fin de los cortes y la semana pasada fueron entregadas en Interior para que avalaran la no renovación del permiso de la ANC. Pero está claro que tampoco han servido de nada, porque la petición también ha sido obviada. Y el temor de los vecinos a que durante estas tres semanas de prórroga se dispare la espiral de violencia está a flor de piel.