Ante un caso como el que ha protagonizado el alcalde de Badalona —conducción bajo los efectos del alcohol y agresión a agentes de la autoridad—, las reacciones están muy condicionadas por la postura política de cada cuál.
Así, Xavier Sala i Martín se pregunta en un tweet si "1) ¿Se le tratará como a los muchachos de Alsasua e irá a prisión por terrorista? ¿O si eres del PSOE esto no ocurre? y (2) ¿el PSOE enviará a la cárcel a quien difunda la noticia porque crea un “clima contrario al gobierno”?". Por cierto, los "muchachos de Alsasua", que ya no eran menores de edad en 2016, cuando sucedieron los hechos de que fueron acusados, ¿cuánto tiempo seguirán siendo muchachos?
Algo críptico, Carles Puigdemont afirma: "Quienes hemos sufrido y sufrimos escarnio por nuestra situación personal por parte de dirigentes del PSC sabemos por qué se debe pedir precisamente que no se haga escarnio por la situación personal del ya ex alcalde socialista de Badalona". No parecen situaciones comparables, pero desde Waterloo hay que aprovechar cualquier oportunidad de llamar la atención. Su abogado, Gonzalo Boye presenta la noticia con un escueto: "Cosas del confinamiento... o no".
Dolors Sabaté, que ve la oportunidad de volver a ser alcaldesa de Badalona, se muestra conciliadora: "Ahora toca que Álex Pastor se recupere, que tenga cuidado de su salud y supere su enfermedad. Le he enviado un mensaje personal y lo hago también públicamente. Celebro que la conducción temeraria no provocara ninguna víctima, ni él sufriera daños graves. Ánimo y apoyo para superarlo".
En El Nacional, Gemma Liñán informa que "Álex Pastor volvía de buscar un cachorro de perro para sus hijas cuando lo pararon los Mossos d’Esquadra" y que es en algún momento entre las 19:00 y las 21:30, cuando "se sospecha que hace la ingesta que le provoca el estado de embriaguez que detectan los Mossos cuando le detienen". Va a buscar un perro y acaba mordiendo, él, a un policía. Cosas veredes.
Rechazo al Ejército
En su artículo en La Vanguardia, Pilar Rahola insiste en la crítica a la presencia del Ejército en la gestión de la pandemia y a la tentación autoritaria del Gobierno español:
"No hay ni un solo país democrático que exhiba diariamente el poder uniformado, porque ni esto es una guerra, ni se combate con el Ejército. En todas las ruedas de prensa homólogas a la española hay médicos y responsables políticos, pero ni a Merkel, ni a Johnson, ni a Macron se les ocurre salir públicamente al lado de militares. Esa permanente necesidad de exhibir poderío militar para controlar una crisis sanitaria es el síntoma más inequívoco de la debilidad política".
Antoni Bassas en el Ara coincide: "La confusión (o no) entre falsedad y crítica pone los pelos de punta. Está claro que este deje autoritario y esta imagen militarizada de la respuesta a una crisis sanitaria son coherentes con la decisión nuclear del primer día: ganar autoridad a base de asumir poderes constitucionalmente atribuidos a las autonomías".
Tian Riba, en El Punt Avui, apunta esto: "Los científicos no deciden sobre nuestros derechos y libertades, cuya suspensión no está claro que esté amparado por el estado de alarma. Lo están decidiendo los políticos. Y deberán responder los políticos".
Sostiene Chomsky
Noam Chomsky hace décadas que se ha convertido en la máquina de la izquierda para generar respuestas sobre cualquier tema. Ahora, faltaría más, también entiende de epidemias y se manifiesta en una entrevista en Vilaweb.
Aunque no hay novedad en cuanto a los culpables: "Estamos ante otro error masivo y colosal de la versión neoliberal del capitalismo" y "si no aprendemos esto, la próxima vez que pase algo parecido será mucho peor". Y más en concreto, las farmacéuticas, que "tenían recursos para prevenir lo ocurrido y son extremadamente ricas".
La gestión de la pandemia por la administración Trump le parece "surrealista. En febrero, la pandemia ya hacía estragos y Trump presenta unos presupuestos que hacen recortes en el Centro de Prevención y Control de Enfermedades y en otras instituciones relacionadas con la salud. Trump hizo recortes en medio de la pandemia mientras incrementaba la financiación de las industrias de energía fósil, el gasto militar, el famoso muro… Todo esto dice mucho de la naturaleza de los bufones sociópatas que mueven el gobierno. Ahora la Casa Blanca quiere culpar a alguien desesperadamente. Culpa China, culpa la OMS. Todo por no rendir cuentas de lo que ha hecho".
Sobre el inmediato futuro, cree que todo "dependerá de cómo reaccione la población mundial. Porque, por otra parte, todo esto que pasa también nos podría llevar a unos estados altamente autoritarios y represivos centrados en expandir el manual neoliberal, incluso más que no lo son ahora. Recordad siempre que la clase capitalista no cede".
Por lo demás, su visión del mundo permanece constante. Cuba es el único país que ha demostrado solidaridad internacionalista durante la pandemia. La campaña de Sanders ha sido un éxito pero no ha triunfado por culpa de los ricos, que no le han financiado, y de los medios. Corbyn, que iba a democratizar el partido laborista, ha sido destruido por su ala derecha. Nunca está de más una mención a "estados brutales como Israel" y a "gente como Orban y Salvini, para quienes el goce de la vida es asegurarse de que la gente que huye desesperadamente de África se ahogue en el Mediterráneo".