Cataluña exportó alimentos y bebidas por un valor de 9.492 millones de euros durante el año 2019 en más de 200 mercados extranjeros. Sin duda, su posición geoestratégica permite unas conexiones intercontinentales eficientes con Asia y América, así como una distribución rápida y fácil al sur del continente europeo y el norte de África. La red logística catalana puede llegar a 400 millones de consumidores de Europa, y el Mediterráneo/África en menos de 48 horas.
Además, la comunidad autónoma es el principal destino de inversión extranjera del sector agroalimentario del Estado, recibiendo 533 millones de capital (22% del total del país). En territorio catalán se crean 1.547 puestos de trabajo (25% de las contrataciones de toda España). “La internacionalización de la empresa catalana no se limita a exportar sino también pasa, en muchos casos, por tener presencia física en el extranjero. Hemos contabilizado 546 filiales de empresas catalanas del sector agroalimentario en otros países”, asegura Joan Romero, consejero delegado de la Agencia para la Competitividad de la Empresa (ACCIÓ), acompañado de Ramon Sentmartí, director gerente de la Promotora de los Alimentos Catalanes (PRODECA), durante la presentación del informe económico Mapeo del Sector Agroalimentario en Cataluña.
Cataluña exportó alimentos y bebidas por un valor de 9.492 millones de euros durante el año 2019 en más de 200 mercados extranjeros.
Los efectos de los aranceles estadounidenses
Firmas como Torres, Europastry, Damm, Borges, Noël y Agrolimen no han dudado en abrir oficina o fábrica en Estados Unidos, por poner un ejemplo. Pero todo esto se puede ir al traste si se confirman las nuevas tarifas comerciales resultantes de la aplicación de aranceles que pueden gravar buena parte de los alimentos catalanes comercializados en Estados Unidos. Ello se podría hacer público el próximo 31 de enero, aunque la Unión Europea ya ha hecho sus propias alegaciones. Por parte de la UE se espera que la OMC emita un dictamen similar al de Airbus, a principios de este año, que permitiría a Bruselas aplicar aranceles a productos estadounidenses como consecuencia de las ayudas que dio el gobierno Trump a Boeing. Con esta carta en la manga, la UE espera poder negociar rebajas en dichos aranceles o suprimir alguno de ellos, aunque todavía hay incertezas sobre este tema, según fuentes de PRODECA.
De confirmarse la lista de alimentos vetados por el gobierno estadounidense, subsectores como el aceite, el vino, la carne y los embutidos catalanes sufrirían un encarecimiento en los precios que conllevaría una caída importante de las ventas en Estados Unidos. “Hemos calculado sobre costes de 13 millones de euros en los aceites vegetales, 7 millones en el vino y 6 millones de euros en la carne y los embutidos siempre y cuando se venda lo mismo que antes”, ha revelado el director gerente de PRODECA. En un principio, el cava no se vería afectado con aranceles estadounidenses.
Los previsibles aranceles estadounidenses preocupan más que los efectos del Brexit, ya que este último afectaría a todos los países de la UE por igual. “Las condiciones serían las mismas para todos. El Brexit no influiría en la competitividad de los productos catalanes, los aranceles de Estados Unidos sí. El hecho de que el aceite español soporte aranceles y el italiano no, sí implica una situación diferencial”, ha especificado el consejero delegado de ACCIÓ. Como alternativas, sugieren aportar valor añadido al producto catalán en los Estados Unidos y optar por estrategias como embotellar el aceite a granel, no gravado con aranceles, en territorio estadounidense. Aun así, esperan que la situación se reconduzca, antes de que se convierta en un 'lose lose' para todo el mundo.