Troncos de árboles cortados intencionadamente, neumáticos quemados, bloques de cemento o palés depositados en vías del tren han interrumpido desde hace dos semanas el servicio ferroviario en Cataluña en respuesta a las condenas a los presos del procés. Las acciones vandálicas, reivindicadas muchas de ellas por los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR), no han merecido ninguna condena, ni siquiera una valoración, por parte del gobierno catalán.
Los problemas de circulación de trenes de Renfe se han multiplicado en las últimas fechas: Rodalies acumula una decena de sabotajes desde que el Tribunal Supremo hizo pública la sentencia contra los dirigentes independentistas. El último ejemplo de sabotaje en la red ferroviaria de Rodalies se ha producido entre las localidades gerundenses de Flaçà y Figueres, que quedó interrumpido después de que unos desconocidos arrojaran unos troncos en mitad de la vía a primera hora de la mañana. Un tren de Rodalies chocó contra los troncos y sufrió daños que afectaron a una veintena de viajeros y a otras dos líneas.
En esas circunstancias de peligrosidad y coacciones, el sector de los maquinistas se plantea una huelga si no terminan los sabotajes en Cataluña. El Sindicato Español de Maquinistas y Ayudantes Ferroviarios expresa una “repulsa absoluta” hacia las acciones vandálicas de los CDR que “han puesto en peligro” a los profesionales ferroviarios, a clientes de Renfe y a la ciudadanía.
“Las medidas necesarias”
Los representantes sindicales de los maquinistas exigen a la Generalitat y al Estado que tomen las medidas necesarias para evitarlas. De lo contrario, los maquinistas estudian tomar cartas en el asunto y no descartan llevar a cabo una huelga.
“De no tomarse las medidas necesarias y seguir produciéndose acciones peligrosas para nuestros compañeros y los usuarios, llevaremos a cabo las acciones necesarias para evitar las consecuencias de estos sucesos”, expresan desde el SEMAF, que insta a las administraciones y a los responsables ferroviarios a evitar los sabotajes.
Avisan los maquinistas de que las consecuencias de la actual situación “pueden ser gravísimas” puesto que “ponen en peligro la vida de los usuarios” de la red de cercanías de Renfe en Cataluña.