Mientras el PSC se encuentra cómodo en las negociaciones con ERC para la investidura de Sánchez, en las que tiene un protagonismo indudable con la presencia de su secretario de organización Salvador Illa y, además, vislumbra la posibilidad de un Tripartito en la Generalitat, otros sectores del socialismo español han expresado su malestar por la falta de información, lo que ha provocado un tenso cruce de reproches entre Miquel Iceta y los presidentes de Aragón y Castilla la Mancha, Javier Lambán y Emiliano García–Page, respectivamente.
Primero, Lambán había declarado que ERC es un partido indeseable para la gobernabilidad. Después fue García-Page quién señalo su esperanza de no recibir vaselina como regalo estas navidades para encajar mejor un acuerdo con el ERC. Iceta respondió que eran palabras inoportunas e impropias de un presidente autonómico. Miquel Iceta esta mañana avalo la tesis de un diálogo entre gobiernos fuera donde fuera. La respuesta de ambos a las palabras de Iceta ha sido dura.
Del respeto a las declaraciones inoportunas
García-Page ha dicho que sobre España, hablamos todos los españoles y todo el PSOE y ha recordado, en referencia a Sánchez, que otros han calificado a Torra de xenófobo sin que Iceta protestara. Por su parte, Lambán ha acusado a Iceta de dejarse llevar por el supremacismo del independentismo. En concreto ha señalado "creía que negarnos a opinar a los demás españoles era propio del independentismo catalán, y propiamente suyo, pero estoy viendo que el supremacismo, por desgracia, está haciendo estragos en Cataluña".
García-Page ha respondido a Iceta, quien ha reclamado "respeto" a los pesos pesados del PSOE y ha considerado "inoportunas" algunas de las declaraciones vertidas sobre el oscurantismo en la negociación entre Sánchez y ERC. "Me gustaría verme defendido por Iceta ante tanto insulto y ataque que recibo yo y otros presidentes autonómicos por defender la unidad y la igualdad de España", ha defendido el presidente castellano-manchego.
Preocupación en el constitucionalismo
Por otro lado, desde Cataluña sectores constitucionalistas ven con preocupación el olvido del diálogo interno y la vuelta a la terminología del pacto de Pedralbes sustituyendo el término "Constitución" por el mucho más ambiguo de "seguridad jurídica".