El presidente Quim Torra sorprendió a todos el viernes por la noche anunciando que ordenaba el confinamiento de Cataluña para evitar la propagación de la pandemia del coronavirus. Minutos después tuvo que admitir que la orden no podía llevarse a cabo porque la Generalitat carece de competencias para cerrar el tráfico ferroviario, los puertos y los aeropuertos y pedía al Gobierno central que le ayudara a ejecutar el lockdown de la comunidad. De este modo, el confinamiento inicial pasó a llamarse "solidario". El consejero de Interior, Miquel Buch, ha despejado este sábado las dudas generadas por el anuncio de Torra. Y es que parece que la única intención es evitar que Cataluña se vea afectada por el estado de alarma que está previsto que entre en vigor a partir de este sábado por orden del Gobierno central.
"El Gobierno tiene un foco real" de expansión de la enfermedad, ha dicho Buch en referencia a Madrid. Y ha reclamado al Ejecutivo del socialista Pedro Sánchez que actúe sobre aquella comunidad y no sobre los "territorios que sí están tomando decisiones", como es el caso de Cataluña. "El Estado español", ha insistido el consejero en una entrevista en RAC1, "debe actuar sobre esos territorios y no sobre los que sí estamos tomando decisiones correctas y adecuadas".
Huida de barceloneses
Buch ha criticado que miles de madrileños hayan abandonado la capital para desplazarse a otras zonas de España aprovechando la casi cuarentena que se ha impuesto en la comunidad autónoma. Pero, a la vez, ha admitido que eso también lo están haciendo barceloneses que, este viernes, huyeron de la ciudad hacia la Cerdanya y los Pirineos. "Es evidente que no ayuda", ha dicho, "pero en estos momentos no se le puede decir a la gente qué hacer porque no estamos en un escenario de confinarlos en sus domicilios".
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Un escenario, el del confinamiento domiciliario, que el Govern no descarta. Según ha explicado el consejero de Interior, los catalanes tendrían que encerrarse en sus domicilios si se entra en la llamada "fase 2". Ahora mismo, Cataluña se encuentra en fase 1, lo que significa que, aunque hay libertad de movimientos, se recomienda que los desplazamientos sean los mínimos imprescindibles. En la siguiente fase, que sería, según Buch, "de las últimas", los catalanes deberían recluirse en sus domicilios.