Tanto en ERC como en el PSC se niega rotundamente la posibilidad de afrontar las próximas elecciones autonómicas con el objetivo de formar gobierno si dan los números. Si el jueves fue el secretario general del PSC, Miquel Iceta, quien se mostró contundente a la hora de decir que los socialistas catalanes no harán presidente a un independentista, esta mañana ha sido el republicano Roger Torrent, presidente del Parlament, quien ha afirmado que "hay que ser extraterrestre para pensar en que ERC pueda pactar con el PSC".
Lo cierto es que las encuestas llevan meses arrojando resultados favorables tanto a ERC como al PSC para, con el apoyo de En Comú-Podem, formar una alianza al frente de la Generalitat. Son muchos los que, al parecer, desean un nuevo tripartito en Cataluña y la cooperación establecida en el Gobierno central entre PSOE y Unidas Podemos con el hipotético apoyo de ERC les ha dado alas. La última encuesta conocida, elaborada por Electomanía, otorga a los republicanos 31 escaños en el Parlament, mientras que los socialistas catalanes se harían con 26. La mayoría absoluta precisa de 68 diputados y ahí entrarían en juego los 10 hipotéticos diputados de los comunes. Necesitarían aún un escaño más para la absoluta. Pero estarían más cerca de la misma que si sumaran otra vez ERC y JxCat, que se quedarían en 61 escaños, según el sondeo de Electomanía. Un nuevo gobierno de corte independentista quedaría así en manos de la CUP, que obtendría 10 escaños, a tenor de la encuesta.
Unidad separatista
La pregunta ahora es si será posible recuperar en los próximos meses la tan aclamada unidad del independentismo para intentar formar un nuevo Ejecutivo separatista. Las primeras declaraciones de Torrent tras la inhabilitación de Quim Torra como diputado y la ruptura del Govern entre ERC y JxCat, han servido para que el republicano deje patente las graves diferencias que, casi desde el inicio de la legislatura, existen entre unos y otros. Torrent ha asegurado en una entrevista en Rac1 que hay "desavenencias de fondo". Y las ha achacado al hecho de que, sin mencionarlo, JxCat haya entrado "en una dinámica partidista", "más de competición que de cooperación".
ERC parece hoy más apegada a la realidad que la posconvergencia, que exigía a Torrent un gesto simbólico de desobediencia para mantener a Quim Torra como diputado, aunque ello hubiera costado volver a dejar a Cataluña sin presupuestos. "Para hacer un salto al vacío hemos de tener claras las consecuencias", ha dicho esta mañana Torrent, "y hemos de prever las consecuencias de la desobediencia". En su opinión, no existe dentro del independentismo "una mayoría preparada para una estrategia de desobediencia y que, en todo caso, debería responder a un mismo plan".
No se puede obviar, finalmente, que el actual presidente del Parlament está siendo investigado por la Fiscalía, a petición del Tribunal Constitucional, por si pudo cometer algún delito al permitir que se tramitaran propuestas de rechazo a la monarquía o en defensa de la autodeterminación. De ahí también su rechazo a nuevos desacatos que pueden tener como consecuencia condenas que Torrent no parece estar dispuesto a asumir en estos momentos. "Toca ser responsable con el país y con el movimiento", ha concluido el republicano.