Ayer tuvo lugar la cuarta Conferencia Internacional de Banca organizada por el Santander en su ciudad financiera, en la que Emilio Botín se despachó a gusto sobre las nuevas exigencias de recapitalización que pretende implantar la Autoridad Bancaria Europea (EBA). En dicho evento, el vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, mostró un perfil más optimista al de los últimos días y aseguró que en la próxima cumbre de la UE de este domingo habrá un gran salto cualitativo sobre la crisis griega.
En este sentido, comentó ante los banqueros presentes que se aprobará el sexto y último tramo de la primera parte del plan de ayudas de Grecia, por importe de 8.000 millones de euros y los asistentes allí presentes aseguran que “dio por hecho que comenzará en breve una segunda parte”. Una circunstancia que debería dar algo de respiro a la crisis de deuda soberana que atenaza al sistema financiero y pone en el punto de mira a las llamadas “entidades sistémicas”.
A pesar de que este paquete de ayudas estaba en un compás de espera, el ex candidato socialista anunció claros avances, que revertirán en una mejora de la confianza. Así, fue sin duda el discurso más optimista entre los ponentes.
Sin embargo, Almunia advirtió que Grecia debe cumplir con capacidad política y adoptar nuevos compromisos, para lo cual contará con un task force de la UE. El segundo plan de ayudas deberá materializarse en mecanismos más sólidos “dentro del Euro y no fuera”. Almunia anunció que para garantizar la liquidez con fondos públicos, se prorrogará el régimen especial de ayudas de estado más allá de finales de este año.
La ministra de Economía, Elena Salgado, evitó pronunciarse sobre el nuevo marco de exigencias de la EBA, aunque reconoció que es un momento claro de profundizar en reformas, aunque se mostró partidaria de crear un marco para rescatar entidades en peligro, unas palabras en línea con las de Botín, que estuvo presente en la intervención de la ministra. De hecho, terminó su exposición parafraseando a Elvis Presley: “A Little less conversation, and a little more action”.
Se esperaban también con expectación las palabras de Andrea Enria, presidente de la EBA, después de la andanada que le soltó Botín, pero no hubo alusiones directas ni réplicas claras. Sólo un alegato en pro del nuevo marco, en el que las exigencias deberán ser más duras y haber más regulación. Enria afirmó, por otro lado, que no se van a realizar nuevos test de stress.
Algo que chocaba frontalmente con las palabras del presidente del Santander, que pedía mejor supervisión y, a cambio, que las reformas aprobadas hace tres años en el marco de Basilea III surtan su efecto.
Por lo demás, en las conferencias estuvieron primeras líneas de la banca de inversión (Luis Isasi, de Morgan Stanley, Ramiro Mato, de BNP Paribas, Ángel Corcóstegui, ex consejero delegado de la entidad, y otras personalidades no bancarias como Luiz Inazio Lula da Silva, que clausuró el evento, o Blas Herrero.