El organismo dirigido por Soledad Núñez medirá así el impacto de la decisión griega, que puede eclipsar el efecto de la recapitalización pactada en Europa la semana pasada para afrontar la crisis de deuda soberana.
De hecho, ésta es la primera vez que el Tesoro acude a los mercados tras los acuerdos de la cumbre de la semana pasada, que sirvió para cosechar fuertes subidas en las bolsas al calor de la nueva recapitalización y del acuerdo con la banca de un impago del 50% de la deuda griega.
Sin embargo, la borrachera de los acuerdos ha durado poco esta vez, ya que la decisión del país heleno provocó ayer un nuevo martes negro en los mercados, con importantes desplomes en las bolsas europeas y repuntes de las primas de riesgo.
De hecho, la prima de riesgo española se disparó hasta los 380 puntos básicos en la jornada de ayer y ha llegado a tocar los 400 puntos este miércoles, aunque ha conseguido situarse por debajo de los 370 puntos tras el repunte del Ibex en la apertura.
En este contexto, el Tesoro emitirá el jueves bonos a cinco años, con cupón 4,25% y vencimiento a 31 de octubre de 2016. Además, emitirá una referencia adicional con cupón 4,25% y vencimiento a 31 de enero de 2014.
La subasta servirá también para saber si las nuevas necesidades de capital del sistema financiero español (26.161 millones según la Autoridad Bancaria Europea y 17.000 según el Gobierno) convencen a los inversores.
Las entidades afectadas por este ejercicio son el BBVA, el Santander, CaixaBank, Bankia y el Popular, aunque la Autoridad Bancaria no detalla las cifras entidad por entidad.
La falta de concreción en Europa antes de la cumbre europea pasó factura al Tesoro, que en la última emisión (martes 25 de octubre) se vio obligado a elevar el interés a niveles de 2008 para colocar 3.479,1 millones en letras a 3 y 6 meses.
Sin embargo, las últimas veces que el Tesoro ha acudido a los mercados ha logrado colocar la cantidad prevista y a tipos más bajos a pesar de las rebajas de calificación que ha sufrido España por parte de las tres agencias de calificación crediticia ante la vulnerabilidad del país.
Lo mismo sucedió en la última subasta de bonos a cinco años, en la que el Tesoro se quedó en la parte baja del objetivo al colocar 3.621,22 millones, aunque logró moderar el tipo marginal de este tipo de papel desde el 4,891% al 4,518%.
Dicha subasta, que se celebró el pasado 1 de septiembre, supuso la reapertura de las emisiones a largo plazo tras la crisis vivida a lo largo del mes de agosto en los mercados, que obligó al organismo a no convocar la emisión del 18 de agosto ante la volatilidad de las bolsas y la prima de riesgo, que escaló por encima de los 400 puntos básicos.