Inspectores de la Comisión viajarán la semana que viene a Roma para evaluar las reformas anunciadas por el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, para estabilizar la economía italiana, según Barroso.
"Italia ha decidido por iniciativa propia pedir al FMI que supervise la aplicación de sus compromisos", ha anunciado Barroso en la rueda de prensa final de la cumbre del G-20. "Esto es una prueba de lo importante que el proceso de reformas en Italia es para el país y para la eurozona en su conjunto", ha explicado.
La base de la supervisión por parte del Fondo será la carta enviada la semana pasada por Berlusconi a Barroso y al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en la que enumeraba las reformas, entre ellas el retraso de la edad de jubilación o la reforma del mercado laboral. Los países de la eurozona ya pactaron en la cumbre del 26 de octubre que el Ejecutivo comunitario vigilará la aplicación de estas reformas.
"La Comisión Europea llevará a cabo una evaluación y vigilancia detallada de la situación italiana y la semana que viene ya iremos a Italia para realizar este tipo de control", ha dicho Barroso.
"Todo lo que podamos hacer para garantizar la credibilidad de los esfuerzos de todos nuestros Estados miembros es importante, no sólo para la eurozona sino para la estabilidad mundial", ha resaltado el presidente del Ejecutivo comunitario.