Los griegos han retirado en la última semana unos 5.000 millones de euros de sus cuentas bancarias, aproximadamente un 3 por ciento del total de los depósitos, según han informado fuentes de la banca. "Mucha gente sacó su dinero de los bancos el jueves y el viernes y los furgones tuvieron algunos momentos de apuro para suministrar el efectivo necesario para satisfacer esta demanda", ha señalado otro responsable bancario en declaraciones a Reuters bajo condición de anonimato.
Los griegos comenzaron a retirar el dinero de sus cuentas el lunes de la semana pasada, cuando el primer ministro, Yorgos Papandréu, anunció la convocatoria de un referéndum sobre el nuevo plan de rescate de la UE y el FMI, que finalmente ha sido retirado. Ahora los dos principales partidos del país parecen haber llegado a un acuerdo para formar un gobierno de coalición que aplique las contrapartidas al rescate y convoque elecciones para febrero.
"La incertidumbre está causando daños a la economía y al sistema bancario", ha advertido el gobernador del Banco de Grecia, Yorgos Provopoulos en declaraciones a Reuters. "Tiene que haber un gobierno fuerte que trabaje duro para garantizar el futuro del país en la eurozona", ha añadido.
Ahora los griegos temen un posible derrumbe del sistema bancario griego, la imposición de un "corralito" o la conversión de sus ahorros al dracma, con la consiguiente pérdida de valor. "Hemos llegado a un punto en la que los clientes piden cantidades de hasta 600.000 y 700.000 euros en efectivo para llevárselo a casa. Increíble", ha reconocido otro responsable bancario.
Hace un año, cuando se agudizó la crisis de la deuda soberana, las principales fortunas del país sacaron su dinero de los bancos griegos para llevárselo al extranjero, pero ahora son los clientes más comunes los que están comenzando a sacar sus ahorros de los bancos, según estas fuentes. En respuesta, los bancos ofrecen ahora intereses de hasta el 7 por ciento en depósitos para que los clientes mantengan el dinero en sus cuentas.
Desde enero de 2010 se ha reducido en más de un 21 por ciento el total de los depósitos de los bancos griegos, que dependen cada vez más del Banco Central Europeo para mantener su liquidez. En septiembre quedaban unos 183.200 millones de euros en las cuentas de los bancos, pero todo apunta a que esta cantidad mermará aún más en octubre.