España

Chacón cuenta con el respaldo de Zapatero para ser la 'lideresa' del PSOE

Las palabras tan medidas que la ministra de Defensa leyó el pasado mayo en Ferraz para anunciar su retirada de las primarias y dejarle el camino despejado a Rubalcaba ganan su verdadera dimensión después de lo que ha llovido en el último semestre. Dentro del PSOE no solo han arreciado las críticas a Rubalcaba por la forma en que ha conducido la campaña electoral, sino que ha caído en desgracia la estrella que lucía José Blanco tras lo que se ha conocido en el ‘caso Campeón’.

Las palabras tan medidas que la ministra de Defensa leyó el pasado mayo en Ferraz para anunciar su retirada de las primarias y dejarle el camino despejado a Rubalcaba ganan su verdadera dimensión después de lo que ha llovido en el último semestre. Dentro del PSOE no solo han arreciado las críticas a Rubalcaba por la forma en que ha conducido la campaña electoral, sino que ha caído en desgracia la estrella que lucía José Blanco tras lo que se ha conocido en el ‘caso Campeón’. Y sin Blanco como compañero de viaje, se comenta en la mayoría de las federaciones y en el Partido Socialista de Cataluña (PSC) en particular, la potencia de Rubalcaba en su carrera hacia la secretaría general puede verse muy menguada.

Carmen Chacón cree que ha ganado muchos enteros desde que, de forma disciplinada, aceptó la sugerencia de Zapatero de abandonar provisionalmente la competición. Es más, si lo hizo fue porque el presidente del Gobierno y secretario general del partido se comprometió con ella a respaldarla en la segunda fase de la batalla que comenzará el mismo 20-N por la noche si se confirma un resultado desastroso para el PSOE. Según fuentes seguras, Zapatero todavía no ha digerido la amenaza que le trasladó Rubalcaba en un despacho del Congreso de los Diputados, en presencia de varios testigos: “Se acabaron las bromas, si Carme no se retira, me retiro yo”. La advertencia surtió efecto porque Zapatero era consciente de que, en ese momento, era Rubalcaba quien reunía más apoyos entre las federaciones socialistas, una vez que la vieja guardia del partido había entrado en combate con Felipe González a la cabeza.

Chacón, que durante su etapa como titular de Defensa no ha comparecido en una sola rueda de prensa, midió muy bien sus palabras el día que tiró coyunturalmente la toalla en Ferraz. “Mi decisión de presentar la candidatura y de retirarla es autónoma, individual y personal y en ambas he recibido al absoluto respeto por parte del secretario general…Doy un paso atrás para que el PSOE de un paso adelante…La escalada contraria al proceso electoral interno pone en riesgo la unidad del partido, la imagen del presidente del Gobierno e, incluso, la estabilidad del Gobierno…”. Es decir, la ministra dejaba todas las puertas abiertas para volver a intentar su cruzada, acentuando la lealtad mutua que se profesan ella y Zapatero. Y dio un paso más, que luego ha sido copiado por Rubalcaba, cuando se presentó voluntaria para “reafirmar la socialdemocracia”, algo que, aseguró, el PSOE “tiene en mente para el presente y para el futuro”. De esta forma hacía ver que tenía un proyecto que defender en el 38º congreso.

Para Rubalcaba se inició entonces otro rodaje de la película. Vio despejado su camino como candidato, pero la relación con Zapatero nunca ha vuelto a engrasarse y la desconfianza mutua no ha parado de crecer. La primera cornada del presidente llegó en plena canícula, con una reforma constitucional de la que Rubalcaba fue informado la víspera, y posteriormente han surgido amagos de otras embestidas que han sido frenadas en la misma mesa del Consejo de Ministros para no disparar más las tensiones en plena campaña electoral.

Chacón cree que su hora de verdad llegará después del 20-N y que Zapatero será uno de sus lazarillos en la larga travesía de penalidades que probablemente le aguarda al PSOE en los próximos años.

 

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