La Comisión Europea propondrá mañana, 15 de noviembre, prohibir a las agencias de 'rating' que publiquen notas sobre los países de la UE rescatados (como Grecia, Irlanda o Portugal) o los que negocian planes de ayuda internacional.
Esta es una de las principales medidas incluidas en la nueva norma que presentará Bruselas para aumentar el control sobre las agencias de calificación de riesgos. Los líderes europeos las acusan de agravar la crisis de deuda de la eurozona con sus rebajas de la nota de los países con problemas o con la degradación errónea de la nota de Francia por parte de Standard & Poor's.
"Me parece legítimo que haya un tratamiento específico cuando un país está negociando o se encuentra bajo un programa de solidaridad internacional con el Fondo Monetario Internacional o europeo", argumentó el comisario de Servicios Financieros, Michel Barnier, para justificar su propuesta de prohibir que se publiquen notas de países en crisis.
El Ejecutivo comunitario pedirá además que las agencias de 'rating' avisen con antelación a un país si planean rebajar la nota de su deuda pública para darle una última oportunidad de presentar alegaciones. El borrador inicial contemplaba un plazo de tres días, pero en la propuesta definitiva se reducirá hasta "alrededor de 24 horas" para minimizar el riesgo de abuso de información privilegiada, según han informado a Europa Press fuentes europeas.
En tercer lugar, Bruselas exigirá que la metodología que utilizan las agencias para calificar a un país sea "más rigurosa y transparente".
La Comisión ha renunciado a una de las principales ideas que había sopesado para aumentar la competencia en el sector: la creación de una agencia europea de calificación de riesgos, que contaba con el apoyo de Francia, Alemania o España. El motivo es que "habría conflictos de interés que socavarían su credibilidad", según explicó el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso.
No obstante, la nueva norma incluirá medidas para limitar el oligopolio de las tres grandes agencias estadounidenses (S&P, Fitch, y Moody's), como exigir más de una nota para los derivados especialmente complejos o imponer reglas para la rotación obligatoria de las agencias.
La Comisión propondrá además reducir la dependencia de instituciones públicas, bancos e inversores respecto a las notas de las agencias de 'rating' y obligar a las entidades a realizar sus propias evaluaciones de riesgo.
Finalmente, la norma establece un régimen de responsabilidad común en toda la UE que permitirá a los inversores perjudicados por una nota que se haya elaborado de forma negligente denunciar a la agencia responsable ante los tribunales y pedir una compensación por daños y perjuicios.
La norma, que deberá ser aprobada por los 27 y la Eurocámara, es la tercera que elabora la UE desde el inicio de la crisis para aumentar el control sobre las agencias de 'rating'. La primera impuso el registro obligatorio a todas las que actuaran en Europa y la segunda otorgó a la Autoridad Europea de Mercados Financieros (ESMA, por sus siglas en inglés) el poder para supervisarlas de forma centralizada.
Pero incluso antes de que entraran en vigor, los líderes europeos ya admitieron que estas reformas iniciales eran insuficientes y pidieron a la Comisión más cambios en profundidad.