"El fin del euro disgregaría el mercado único y retrocedería a Europa a los años 50, pero esta crisis tiene que ser superada con acciones a nivel europeo", señaló Monti, quien además puntualizó que "el futuro del euro depende, no solo de lo que haga Italia en los próximos días". Sobre las exigencias de reforma por parte de la UE a Italia, Monti explicó que no son "imposiciones" europeas porque "Europa somos también nosotros".
Monti anunció que los tres pilares de su programa son: rigor en las cuentas públicas, crecimiento e igualdad y adelantó que su Ejecutivo tendrá dos fases: primero, aprobar medidas de emergencia y posteriormente, se propondrán "iniciativas concretas para modernizar las estructuras económicas y sociales para ampliar las oportunidades de las empresas y de los ciudadanos".
Tras una introducción de la situación económica italiana, Monti ilustró cuáles serán los primeros pasos de su Gobierno y confirmó la necesidad de que las cuentas públicas sean controladas por autoridades independientes.
"Será oportuno estudiar la experiencia de algunos países europeos que han confiado a autoridades independientes" el control de sus cuentas, aseveró.
El presidente del Gobierno italiano hizo referencia a que será necesario hacer "sacrificios" para reducir la deuda pública, pero matizó que su distribución "será equitativa" y confió en que ello ayude a que las reformas sean compartidas por todo el país y también por el Parlamento para que las apruebe con rapidez.
Al pedir sacrificios a todos los italianos también se refirió a los políticos, al explicar que serán "inevitables" intervenciones para contener los costes de los parlamentarios, que deberán contribuir a este esfuerzo usando el criterio de "la sobriedad".
En cuanto a las medidas que va a adoptar su Gobierno, consideró "una anomalía" el hecho de haber eliminado el Impuesto de Bienes Inmuebles (ICI, en italiano) para la primera casa y sugirió la introducción del impuesto sobre el patrimonio al subrayar que será necesario "revisar el peso de los impuestos sobre el patrimonio inmobiliario".
El excomisario europeo hizo hincapié en la necesidad de una economía que tenga en cuenta a las mujeres y a los jóvenes y sobre ello mantuvo que se estudiará la aplicación de impuestos "preferenciales" para las empresas que contraten mujeres.
Sobre la reforma laboral, que también exige Bruselas a Italia, Monti habló de la creación de un nuevo contrato de trabajo más equitativo, ya que "en el mercado de trabajo muchos están demasiado tutelados mientras que otros trabajadores están privados de esa tutela".
Asimismo, hizo alusión a la necesidad de realizar "una reforma sistemática de las ayudas al desempleo para ofrecer garantías a todos en un momento de crisis".
El primer ministro aludió también a la necesidad de una reforma del sistema de las pensiones italiano, que calificó de "no equitativo". Y al concluir el discurso reconoció que todo ello va a ser "dificilísimo" por lo que recalcó "que solo con diálogo constructivo se tendrá la posibilidad de rescatar al país".