En realidad, el resultado de explotación de Habitat refleja aún pérdidas, en concreto superiores a los 42 millones de euros, aunque la cifra es notablemente mejor que la de los 171 millones de euros de números rojos que mostraba la compañía a finales de 2009, cuando se encontraba en pleno concurso de acreedores.
Sin embargo, la quita del 20% aceptada por las entidades financieras acreedoras ha hecho que el pasivo de la compañía se reduzca de forma notable. Habitat protagonizó el segundo mayor concurso de acreedores de la historia, con un pasivo superior a los 2.800 millones de euros (tan sólo superado por el de la también inmobiliaria Martinsa-Fadesa).
Además, de la citada quita, el convenio contemplaba que el 30% de la deuda se sustanciara vía conversión a préstamos participativos mientras que el 50% restante se devolería en un plazo de ocho años.
Realmente, el resultado presentado por Habitat no sólo le encarama al primer puesto del sector con mucha diferencia sobre el resto sino que también le situaría en lugares destacados del panorama general, por encima incluso de muchas empresas cotizadas.
No obstante, la cifra de resultados presentada por Promociones Habitat no deja de ser virtual y anecdótica, como se refleja en el informe de auditoría presentado por PwC, en el que, aunque no se aprecia ninguna salvedad, se deja constancia de que los resultados de explotación negativos registrados por la sociedad en los últimos años generan dudas sobre su viabilidad en el medio y largo plazo y también sobre la capacidad de Habitat para cumplir con lo pactado en el convenio de acreedores.
Habitat está inmersa además en numerosos procesos judiciales, como los que mantienen abiertos algunos de sus accionistas, entre los que se encuentran la familia Rodés, Dolores Ortega (sobrina del fundador y presidente de Inditex), y el abogado Emilio Cuatrecases, al considerarse estafados en el momento de su entrada en el capital de la empresa. Habitat contó con ellos para ampliar capital y poder financiar así la compra de la división inmobiliaria de Ferrovial, una operación que se le indigestó hasta tal punto que precipitó la declaración del concurso de acreedores.
Además, Bruno Figueras, hasta la semana pasada presidente de la empresa, tuvo que dimitir al ser condenado a un año de prisión por un tribunal que le consideró responsable de la muerte de cinco operarios de una obra en Barcelona en el año 2006.
Así pues, la situación actual de Habitat está plagada de paradójicos contrastes.