Con un valor bursátil cercano a los 8.000 millones de euros y un beneficio neto que durante los últimos tres ejercicios (2008, 2009 y 2010) ha superado los mil millones de euros, Energías de Portugal (EDP) pasa a manos extranjeras 23 años después de dejar de ser un monopolio público.
El Estado luso, que se desprende así de un 21,35 por ciento del capital en EDP y mantendrá casi un 4 por ciento más, ingresará por la venta 2.693 millones de euros, más de la mitad de lo que espera percibir Portugal con su programa de privatizaciones.
La eléctrica REN, la aerolínea lusa TAP, la petrolera Galp, la Radio Televisión pública o Aguas de Portugal son algunas de las empresas de las que saldrá el Estado luso antes de 2014 para cumplir el acuerdo firmado en mayo a cambio de un rescate financiero internacional de 78.000 millones de euros.
La UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) exigieron a Portugal que adelantará a este mismo año su plan de privatizaciones y el Ejecutivo conservador que sustituyó a los socialistas en junio hizo de esa tarea una prioridad.
Three Gorges, con el 21,35 por ciento, se convertirá ahora en el principal accionista de EDP, seguido por dos entidades españolas: Iberdrola (6,79 %) y la Caja de Ahorros de Asturias (5,01 %).
Por detrás de ellos se colocan el grupo inversor luso José de Mello (4,82 %), el Banco Comercial Portugués (3,37 %), el Banco Central de Noruega (2,66 %), la compañía pública argelina Sonatrach (2,23 %), el Banco Espirito Santo (0,88 %) y la también estatal Caixa Geral de Depósitos (0,64 %) de Portugal.
EDP es uno de los valores más importantes de los veinte que cotizan en el principal índice de la Bolsa de Lisboa, el PSI-20, aunque en los últimos dos años su valor en el mercado ha caído un 25 por ciento, hasta situarse en el entorno de los 2,3 euros por acción.
En el comunicado al regulador del mercado de valores de Lisboa en el que se informó de la venta, EDP señaló que la operación supone una prima del 53,6 por ciento en relación al precio de mercado a fecha de ayer.
La eléctrica EDP, presidida ahora por Antonio Mexia, tiene negocios tanto en Portugal como en Brasil y España y parte de su actividad se centra en las energías renovables, especialmente la eólica, además de la producción y distribución de gas.
En la vecina España EDP situó la sede de su filial EDP Renovables, controla además HC Energía y compró en 2009 activos a Gas Natural por más de 300 millones de euros.
Con esa adquisición, EDP se hizo con las empresas de distribución en baja presión y comercialización de gas en las comunidades españolas de Cantabria y Murcia, así como las que lo hacen en alta presión en las del País Vasco, Asturias y Cantabria.
La eléctrica portuguesa presenta en la actualidad una deuda valorada aproximadamente en 17.000 millones de euros, una cifra que en opinión de Mexia "no es preocupante" debido a que sigue financiándose a un interés más bajo que el Estado luso.
Las agencias internacionales de notación financiera mantienen a EDP como una de las pocas empresas lusas de relevancia cuya deuda no está calificada a nivel de los bonos basura.