El PP también tiene dos caras. Por un lado, hay un partido de aura triunfal que desde el 22 de mayo arrasa a cada elección, cabalga a lomos del PSOE, su principal rival, y cuenta con barra libre para gobernar. Y por otro, hay un PP triunfal a secas, caso de Extremadura, que necesita entenderse con la oposición. Mariano Rajoy quiere evitar a toda costa el segundo desenlace en las elecciones autonómicas andaluzas, previstas para marzo, por lo que, a petición de Javier Arenas, prevé aparcar hasta después de los comicios sus reformas más duras. Pero si con esa decisión no se consiguiese la mayoría absoluta, el PP se dirigirá a un interlocutor: Izquierda Unida.
El recuerdo de Extremadura está muy presente. Arenas, uno de los barones más importantes –si no el que más- del PP, ha arrancado un compromiso de Rajoy. Nadie discute que derrotará al PSOE. Pero IU rebasó el 8% en las generales y está a un paso de lograr los dos dígitos tanto en porcentaje como en escaños autonómicos, lo que, probablemente, desbarataría las intenciones de Arenas. ¿Pinza PP-IU? “El artículo 44 de nuestros estatutos nos obliga a consultar a la militancia”, confía un alto dirigente. Algo similar a lo de Extremadura, donde decidió la dirección regional.
No obstante, en el entorno de Javier Arenas niegan tajantemente cualquier acercamiento a IU. Según ha sabido este medio, el PP andaluz da por sentado que Diego Valderas, coordinador de IU-Los Verdes-Convocatoria por Andalucía, impedirá la formación de un Ejecutivo popular.
"Ni muletas ni pinzas"
Una versión que no coincide con lo que llega de IU. “Valderas ha dicho que no habrá ‘ni muletas ni pinzas”, señala otro dirigente. “No, no vamos a apoyar al PP [en Extremadura los diputados tampoco votaron a favor, sino que se abstuvieron]; pero al PSOE le preguntamos, ¿están ustedes dispuestos a gobernar con IU?”.
Aunque IU ha recibido muchas acusaciones tras lo de Extremadura –Cayo Lara aseguró durante la campaña de las municipales que frenaría al PP en toda España-, eso no ha menoscabado el apoyo a la federación de izquierdas. De hecho, más del 90% de extremeños que la votaron volvería a hacerlo, según el CIS. Además, IU ganó votos en las últimas generales.
En los últimos días, el PSOE ha avivado el fantasma de la pinza PP-IU, una colusión que, por lo pronto, se ha materializado en varios municipios andaluces y en la Federación Andaluza de Municipios y Provincias. Si esto sucederá en el Palacio de Telmo, y si a Arenas se le pondrá cara de José Antonio Monago, son dos fenómenos que aún están por producirse.
