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Íntimamente ligado a la naturaleza y las nuevas tecnologías , el séptimo trabajo de la cantante salió a la venta este otoño. En él recupera las estructuras corales femeninas que caracterizaron sus últimos trabajos, entre ellos Medulla (2004) y Volta (2007), pero retoma sus momentos más líricos en canciones como su primer single, Crystalline o Moon.
Aunque se retrasó su lanzamiento –estaba previsto para antes del verano-, valió la pena esperarlo. Es, sí, un disco, pero al mismo tiempo es un proyecto multimedia, lo cual puede afectar el resultado final. Una cosa es escucharlo y otra “consumirlo”. No es la primera vez ni mucho menos que Björk concibe un disco como unidad estética, en absoluto. Sólo que esta vez, se trata de algo mucho más tecnificado.
En Biophilia, Björk utiliza los avances tecnológicos para dar “valor añadido” al “disco” como objeto comercial. Se trata de una aplicación para el iPad y iPhone con 10 canciones, cada una de ellas acompañada de una aplicación interactiva. La cual está disponible gratis, pero las aplicaciones y canciones adicionales tienen cada una un precio de $1.99 y se compran dentro de la aplicación principal.
En la creación de esta especie de “disco-aplicación”, Björk contó con la colaboración del artista norteamericano Scott Snibbe, conocido por sus video-instalaciones y propuestas de Net-art , exhibidas en las colecciones permanentes del MoMa y el Whitney Museum. La narración inicial del álbum es de David Attenborough. Con la imagen de una cosmos en 3D flotando en la pantalla del iPad, puede escucharse la voz del naturalista británico decir: “Sabrás cómo los tres se unen: Naturaleza, música y tecnología. Escuchar, aprender y crear”.
Es ahí, justo en ese tipo de canciones como Cosmogony o Hollow, donde el potencial más oscuro del disco se convierte en una puesta en escena que, de quedarse sólo en el aspecto musical, remitirían a quien escucha a una Björk mucho más oscura, e incluso tenebrosa, que la de Oceanía, un álbum complejo, cargado, pero igualmente magistral, de la islandesa.
Bjork, galardonada en 2010 con el prestigioso premio Polar Music que concede la Real Academia de Música de Suecia, estará presente en España el año que viene en el Primavera Sound en Barcelona y también en Galicia.