El Tesoro avaló la deuda de la Generalitat Valenciana y lo hizo con palabras y con efectivo. El Tesoro no sólo aseguró al banco acreedor del gobierno valenciano que no dejaría caer a la Generalitat, según han revelado fuentes de Deutsche Bank. Además, ese "aval verbal" se convirtió en cuestión de horas en un adelanto de 115 millones de euros en apenas 48 horas.
Fuentes del Ministerio de Economía han confirmado cómo se produjo ese pago: se adelantaron los fondos que se iban a transferir según el calendario ordinario el próximo día 20 pero que el Ejecutivo hizo efectivos los primeros días de enero, ante la asfixia financiera a la que se enfrenta el gobierno de Alberto Fabra. Ese “aval oral” del Tesoro Público fue registrado por la entidad que concedió el margen extraordinario a la entidad tras ser informado de la reunión que mantuvieron a tres bandas el nuevo presidente del Tesoro, Íñigo Fernández de Mesa y los consellers valencianos de Economía, Enrique Verdeguer y Hacienda, José Manuel Vela.
La Generalitat los llama “fondos propios”
Pese a que son pagos que no correspondían a la Generalitat –como al resto de autonomías—hasta finales de mes, la Genralitat recibió un tratamiento privilegiado por sus apuros. Sin embargo, el gobierno valenciano considera que esos fondos no son parte de ningún rescate sino un pago de “fondos propios”.
Esa operación a corto plazo, sin embargo, no despeja la viabilidad a largo de las finanzas de una autonomía uqe acumula compromisos de repago de su deuda hasta el año 2052, según la documentación registrada ante la Sindicatura de Cuentas.
Deuda oficial: 24.000 millones; deuda real, más de 43.000
La deuda oficialmente reconocida por la Generalitat Valenciana ante el organismo que la fiscaliza ronda los 24.000 millones de euros a los que hay que sumar –según la Sindicatura—otros 3.700 millones en concepto de acreedores no presupuestarios, es decir, gastos que la administración ha realizado pero para los que no había destinado una dotación de partidas previa en sus presupuestos. Por su endeudamiento, la Generalitat tiene que hacer frente, además, al pago unos 6.000 millones de euros en pago de intereses y añadir a esa cuantía otros 10.000 millones más que corresponden al sector público empresarial. En total, 43.700 millones de endeudamiento ya registrado.
El organismo que fiscaliza las cuentas de la Generalitat Valenciana estima que la Generalitat ha aumentado su endeudamiento a un ritmo de más de 400 millones de euros anuales a lo largo de la última década. Los gobiernos valencianos se han empeñado para pagar, fundamentalmente, grandes eventos. En el año 2003, crearon la Sociedad de Proyectos Temáticos de la Comunitat Valenciana (SPTCV) en la que se incluían proyectos como la Fórmula 1 o la Ciudad de la Luz. Desde que se creó ha costado casi 1.000 millones de euros a las arcas públicas (655 vía presupuestos y 310 millones de euros en deudas). Ese esquema se ha repetido con el circuito de motos y con la sociedad CACSA hasta sumar –según los datos oficiales—1868 millones de euros en gastos y otros 811 en deudas. En total, los grandes festejos han costado 2.679 millones de euros a las arcas de una comunidad ahora ahogada.
Otros 20.000 millones en compromisos de pago para el futuro
Pero la Generalitat no sólo ha pedido dinero prestado en el pasado sino que –además—ha dejado para el futuro pagos a los que no podía hacer frente. Son los llamados “compromisos plurianuales” con sectores como el farmacéutico, los proveedores del gobierno autonómico, las operaciones del sector público y la educación. Como ejemplo, sólo lo que la Generalitat Valenciana ha comprometido con las universidades forzará al gobierno valenciano a pagar 922 millones de euros al año hasta el próximo 2024 (el compromiso era inicialmente hasta 2022 pero se ha declarado una demora de impago de dos años para los ejercicios 2011 y 2012).