El FC Barcelona dio un paso al frente ante Osasuna (4-0) en el partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey gracias a los goles de Cesc Fábregas, que estuvo delicioso, y de Messi, que culminó la goleada con un testarazo sobresaliente y un lanzamiento lejano en el tiempo añadido.

Parecía que el argentino no disputaría ni un minuto por culpa de una gripe, pero salió en la segunda mitad para sentenciar la eliminatoria. El '10', que necesitó dos acciones para dejar su huella, marcó de cabeza en segunda línea tras un centro desde la derecha y crujió a los navarros con un disparo desde la frontal en el 90.

Osasuna, sin grandes alicientes ni motivaciones, se dedicó a defender con fiereza, pero no pudo frenar el fútbol blaugrana, estructurado nuevamente en las botas de Xavi Hernández, nombrado recientemente mejor centrocampista del mundo por cuarto año consecutivo.

El de Terrasa fue el culpable de que el Barça se fuera al descanso con dos goles de ventaja. Cesc Fábregas fue el artífice, quien materializó la colectividad local. En el primero, a los 13 minutos, definió con el interior una jugada sinfónica; y en el segundo firmó una obra de arte al marcar con una sutil vaselina.

Los rojillos, que tuvieron la oportunidad de recortar distancias con un lanzamiento lejano de Lamah, no volvieron a inquietar la meta de Pinto, pero se marchan del Camp Nou con una mejor sensación que tras el partido de Liga, cuando cayeron por 8-0.