Las alarmas han saltado en el seno de los principales socios de ACS ante la situación financiera del grupo constructor y de servicios. La compañía afronta este año vencimientos por un valor cercano a los 3.500 millones de euros con dos circunstancias particularmente incómodas: las complicaciones que se dan a la hora de refinanciar deuda debido a la restricción del crédito en los mercados y, como consecuencia precisamente de esto, los problemas a la hora de dar salida a los activos que la empresa tiene puestos a la venta para reducir deuda y de los que no termina de desprenderse.
De esos casi 3.500 millones que debe refinanciar este año, unos 1.600 se corresponden con deuda corporativa, mientras que 800 millones más están relacionados con su filial de servicios medioambientales Urbaser. Mientras, cerca de 400 millones tienen que ver con determinados préstamos para su inversión en Iberdrola de los que aun no han sido refinanciados y el resto van ligados a otras deudas a largo plazo.
La inquietud entre los socios de la constructora estriba no tanto en que la compañía no tenga capacidad para refinanciar la deuda como en lo que le va a costar.
Según datos reflejados en un reciente informe de Bank of America Merrill Lynch, ACS refinanció en 2011 algo más de 6.000 millones de euros de deuda, con una incidencia especial en su inversión en Iberdrola ya que el 90% de esta cifra estaba relacionada con la compra de títulos de la eléctrica y operaciones de derivados para incrementar su participación en ella. De acuerdo con fuentes del mercado, el coste medio de estas refinanciaciones se situó en Euribor más la friolera de 350 puntos básicos.
Fuerte castigo en bolsa
El socio que más inquietud está mostrando es Banca March. Poseedora de un 18% del capital de ACS (el año pasado vendió en el mercado un 5% adicional), la entidad financiera conoce de primera mano las dificultades que ofrece el mercado crediticio en la actualidad y además afronta también el desafío de las duras exigencias de capitalización por parte de la Comisión Europea, un aspecto para el cual su participación en ACS podría significar un serio problema.
La constructora que preside Florentino Pérez fue la más castigada en bolsa de su sector en España y una de las que mostró peor comportamiento en toda Europa, con una caída global del precio de sus acciones del 34,7%. Sacyr Vallehermoso y OHL perdieron algo más de un 15% cada una de ellas mientras que FCC salvó el ejercicio con avances en torno al 2% y Ferrovial, a contracorriente, cerró 2011 con una revalorización del 23,4%.
Las alarmas también ha saltado en los cuarteles de invierno de los financieros Alberto Alcocer y Alberto Cortina (los Albertos, cuya participación en ACS se acerca al 15%), quienes, como informó recientemente Vozpópuli, también se han visto obligados a refinanciar la deuda de sus instrumentales (entre ellas Corporación Financiera Alcor, a través de la que sostienen su participación en ACS) a un elevado precio.
El hecho de que la compañía no termine de deshacerse de los activos que tiene puestos a la venta hace que la cifra de endeudamiento se sitúe en cotas preocupantes, tanto en términos absolutos como en relación con su Ebitda.
Una deuda real de 13.500 millones
Al cierre del tercer trimestre de 2011 (el último dato oficial disponible), ACS reflejaba una deuda total de unos 9.400 millones de euros. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la constructora procedió a desconsolidar los activos disponibles para la venta, entre los que se encontraban su cartera de renovables, algunas concesiones de infraestructuras maduras y filiales como Clece. A la fecha de hoy, ACS tan sólo ha sido capaz de vender una parte de estos activos, con lo que debe seguir ocupándose de la deuda asociada a aquéllos que aún figuran en su cartera (aunque no en sus balances).
De este modo, la deuda real pasa de ser 3,5 veces su Ebitda a 5,4 veces, hasta un total que roza los 13.500 millones de euros, de acuerdo con los cálculos publicados por Credit Suisse en uno de sus recientes informes.
Pero la participación en Iberdrola, donde aun no ha sido capaz de obtener un puesto en el consejo de administración, no es la única que pone en jaque la gestión de Florentino Pérez al frente de ACS. En el frente también está la alemana Hochtief, en la que la participación de la compañía española ha superado ya el 50%. Sin embargo, las minusvalías latentes en Iberdrola y Hochtief alcanzan ya la nada despreciable cifra de 4.000 millones de euros, otro de los aspectos que hace que las aguas bajen más que revueltas en el consejo de la constructora.