Nueva reordenación de la cúpula de Cepsa. La petrolera, cien por cien en manos del fondo de Abu Dabi, Ipic, desde el pasado verano (y excluida de cotización), se encuentra en plena búsqueda de un nuevo presidente, que desplace definitivamente al actual, Santiago Bergareche, según explican a Vozpópuli fuentes conocedoras.
Los abudabíes consideran a Bergareche una herencia molesta e incómoda, por ignorarles en las fases anteriores a la toma de control. Durante la convivencia de los dos antiguos accionistas, la petrolera francesa Total se encargaba de la gestión (Dominique de Riverolles, consejero delegado) y el Banco Santander se hacía cargo de la presidencia, con Bergareche al frente, un viejo amigo del número dos del banco, Alfredo Saenz.
Pero este statu quo se rompió el pasado verano. El consejero delegado Riverolles dimitió con la salida de Total del accionariado, y Bergareche, que continuaba en el cargo pese a que Banco Santander había salido ya de Cepsa, intentó aglutinar los poderes ejecutivos y de representación. Pero todos sus esfuerzos y apoyos nacionales que tocó para este objetivo (se desplazó al Emirato, incluso), no resultaron a su favor. El fondo de Abu Dabi dio plenos poderes a un nuevo consejero delegado, Al Qubaisi Khadem.
Pero es más. El 27 de septiembre, el fondo dio otro paso adelante. Le quitaron el poco poder que tenía: Bergareche se quedó sin la presidencia de la Comisión Ejecutiva. Y ese mismo día, nombró secretario de dicha comisión a Alfonso Escámez Torres, el ejecutivo español de confianza de los abudabíes. Escamez es el sobrino del conocido banquero Alfonso Escámez (presidente de Banco Central), que presidió la petrolera durante doce años (1984-1996).
Escámez Torres ahora es el encargado de buscar un nuevo presidente, según explican las mismas fuentes. Las condiciones del fondo soberano es mantener la españolidad en la presidencia, pero con un perfil mucho más internacional y visible que el de Bergareche. Fuentes oficiales de Cepsa desmintieron ayer la información.