El escritor francés Jean Echenoz cierra con Relámpagos, protagonizada por el inventor croata Nikola Tesla, el tríptico sobre aproximaciones biográficas que inició con Ravel, una novela centrada en la figura del músico francés Maurice Ravel y que también le llevó hasta el atleta checoslovaco Emil Zátopek.
Durante una rueda de prensa celebrada ayer en Barcelona, Echenoz (Orange, Argelia, 1947) ha indicado que, con la perspectiva que da el tiempo y el haber puesto el punto final a las tres novelas, publicadas por Anagrama, se ha dado cuenta de que durante más de cinco años ha estado imbuido en las vidas de "tres solitarios que conocieron el esplendor y el éxito, aunque luego cayeron".
En su última obra, el autor de Me voy ofrece un lienzo sobre las circunstancias vitales de Nikola Tesla, aunque ha advertido de que, a diferencia de sus otras biografías, en ésta ha optado por incluir más episodios ficticios, aunque también refleja algunas verdades, como la obsesión del científico por la limpieza y por los pájaros.
"Para mi -ha sostenido-, el libro más complicado de armar fue el de Ravel, pero, a la vez, fue el que me dio ganas de continuar con otras biografías. Ahora, sin embargo, no quería ser tan fiel a la vida real del personaje, del que incluso cambio el nombre y le llamo Gregor, dándome la libertad de incluir algunas situaciones, aunque siempre pensando en que fueran plausibles y tuvieran cierta base".
A lo largo de apenas 149 páginas, y como ya ocurría con Ravel y con Correr, el lector se adentra al ritmo de Echenoz en las peripecias de Tesla, el hombre que inventó desde la transferencia inalámbrica de energía eléctrica mediante ondas electromagnéticas hasta la bombilla sin filamento.
A su juicio, cada una de las novelas tiene un ritmo diferente, "que se impone según la actividad del personaje".Rodeado de algunos personajes ficticios, en el libro también aparecen otros reales, como el inventor estadounidense Thomas Edison.
Tras horas y horas documentándose, el escritor galo deja claro que "ningún personaje acaba siendo real cuando se manipula para la literatura, pero todos los datos que recogí sobre Edison no me inspiraron ninguna simpatía. Tesla, que no era nada simpático, me resulta mucho más cercano, incluso por la manera en que va fracasando".
Preguntado sobre si tenía en la cabeza antes de afrontar los tres libros a estos personajes, Echenoz ha aseverado que no, y que nacen después del "accidente industrial" que fue Ravel, muy bien recibido por crítica y público.
Su primera idea era escribir una nueva novela en la que aparecía Ravel, pero al indagar en su vida se dio cuenta de su interés y acabó ocupando todas las páginas del libro.
Después se encargó del atleta checoslovaco Zátopek, héroe del sistema soviético, ganador de tres medallas de oro en pruebas de fondo durante los Juegos Olímpicos de Helsinki de 1952, y que acabó de barrendero en Praga tras apoyar a Alexander Dubcek en su intento de reformar el régimen.
El friso lo cierra con Tesla, del que tuvo las primeras referencias gracias a su traductor norteamericano, puesto que es en Norteamérica y en la Europa del Este donde está considerado un icono.
Tras esta experiencia, sin embargo, afirma que quiere volver a la ficción pura, aunque no ha querido avanzar en qué está trabajando, porque, "cada vez que explico lo que hago, luego estoy una semana sin poder trabajar", asegura.
Ganador de diversos premios literarios, entre los que sobresalen el Goncourt y el European Literary Prize, Jean Echenoz ha reconocido hoy ser un lector de la obra del chileno Roberto Bolaño, del que citó, especialmente, 2666.