España

Rajoy ordena perfil bajo para el congreso del PP y aleja a sus socios de la CDU y la UMP

Una vez llegado al Gobierno y con el partido pacificado, Mariano Rajoy quiere convertir el XVII congreso del PP en puro trámite. Obligado a no demorar más su celebración, dado que hubiera debido convocarlo el año pasado, no quiere que las cuestiones internas le entretengan lo más mínimo, pero tampoco aprovechar su llegada a Moncloa para hacer una demostración de fuerza.

Una vez llegado al Gobierno y con el partido pacificado, Mariano Rajoy quiere convertir el XVII congreso del PP en puro trámite. Obligado a no demorar más su celebración, dado que hubiera debido convocarlo el año pasado, no quiere que las cuestiones internas le entretengan lo más mínimo, pero tampoco aprovechar su llegada a Moncloa para hacer una demostración de fuerza. De hecho, a diferencia de lo ocurrido en otras citas congresuales desarrolladas bajo el signo de la unidad, como ésta, no se ha cursado invitación a los partidos "hermanos" europeos, esto es, la CDU alemana de Angela Merkel, y la Unión por un Movimiento Popular(UMP) de Nicolás Sarkozy.

El único interés declarado del congreso es servir de plataforma de campaña a Javier Arenas, justo la misma idea que tuvieron los socialistas, aunque, en su caso, trasladar la cita a la capital andaluza está poniendo en más de un aprieto a José Antonio Griñán, que preside también en cónclave del PSOE. Su apoyo no declarado a Carme Chacón, catalana y del PSC, no tiene muy buen encaje entre los votantes andaluces. El escaparate en el que se ha situado a Griñán no parece beneficiarle mucho, incluso aún en el caso de que Chacón le ofrezca la presidencia del partido si gana su pugna contra Alfredo Pérez Rubalcaba.

El que no quiere plataformas de ningún tipo es Rajoy. En el XV Congreso, de 2004, que le hizo presidente del partido tras cosechar su primera derrota electoral como aspirante a la presidencia del Gobierno, acudió e intervino Angela Merkel, que todavía no era canciller alemana. El entonces ministro del Interior francés, Nicolás Sarkozy, no estuvo presente, pero sí lo hizo dos años más tarde, en 2006, en una convención que celebraron los populares en Madrid y en la que proclamó que "Rajoy y el PP son el futuro".

2008 no fue una fecha para grandes festejos. Acorralado por un sector crítico no muy numeroso, pero potente, Rajoy remitió ocho cartas a líderes de partidos "hermanos", no sólo del ámbito europeo, invitándoles al XVI congreso pero puntualizando que se trataba de una cita "en clave interna". No acudieron ni Merkel ni Sarkozy, sólo lo hizo el presidente del partido Popular Europeo, Wilfried Martens, presente también en el cónclave de 2004.

Estratégicamente, los populares prefieren que las divisiones del PSOE centren el interés del debate político nacional. Da una idea de esa estrategia de perfil bajo el hecho de que este miércoles el presidente del comité organizador del Congreso, el riojano Pedro Sanz, y la secretaria general popular, María Dolores de Cospedal, se desplazaran a Sevilla para presentar junto a Javier Arenas las líneas principales de la cita, casi como si se tratara más de un acto de ámbito regional que nacional.

La continuidad de Pons; la embajada de Arístegui

Una de las incógnitas que el XVII Congreso debe desvelar es el del futuro de Esteban González Pons. El vicesecretario de Comunicación dijo ayer confiar en su continuidad como miembro de la dirección del partido en un cargo igual o similar al que ocupa ahora, por creer que en este tiempo ha desarrollado su  tarea "regular tirando a bien para que la comunicación no haya sido un problema". También calificó de "justificadísima" la reelección de María Dolores de Cospedal como secretaria general del partido, que todo el mundo da por segura, por lo que "estaría justificado", reiteró, su propia permanencia.

González Pons sigue en el limbo de los descolocados tras conocerse esta semana que Federico Trillo ocupará con toda probabilidad la Embajada de España en Estados Unidos. A la lista de embajadores podría sumarse también Gustavo de Arístegui, en su caso, diplomático de carrera.

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