Todo el mundo conoce la cadena de peluquerías low-cost que acaba de presentar concurso voluntario de acreedores. La línea de franquicias presentaba un nombre de peluquero presuntamente célebre que incluso ha dado la cara en algún certamen o entrevista en medios. Pero Marco Aldany no existe realmente. Marco Aldany es una idea llevada a cabo por Marcos Fernández Luengo quien, al parecer, la concibió como proyecto de fin de máster.

Perteneciente a una familia de peluqueros, Marcos Fernández creó la razón social Marco Aldany uniendo su nombre de pila a los de sus dos hermanos, Álvaro y Daniel; Al-Dany, que también trabajaron en el la empresa desde el principio.

Y qué proyecto. Alrededor de 400 sucursales y un plan de expansión que pretendía ampliar esa cifra todavía más. Como en casi todo negocio en el que la caja va por delante y el pago a proveedores después, ya había irrumpido un fondo de inversión haciéndose con el business, aunque sin alejar del todo a los creadores de la gestión.

No sólo la crisis ha hecho mella en un modelo de negocio low cost, como dicen algunos análisis. Quienes conocen el grupo, también ponen de manifiesto algunas decisiones cuestionables, como hacerse con el patrocinio de la sala Arena de la madrileña calle Princesa. Hay mucha curiosidad por ver qué ocurre con el nombre de la emblemática sala: ¿se volverá a llamar Heineken?, decían por la calle el otro día.

No parece, ya que Heineken mantiene en la dirección salaheineken.com la nota en la que aclara que ya no patrocina la sala. Por el contrario, en la dirección salaarena.com sigue apareciendo Marco Aldany como patrocinador, con un cartel de lo más cool. Viéndolo se pudo ver que actuaba el viernes 17 en Madrid Miss Kittin, una dj francesa con mucho recorrido ya pero de calidad incuestionable. No hace mucho, el que quería presumir de ser totalmente trendy tenía que hablar de ella. Seguramente, también debía ser cliente de Marco Aldany.