José Luis Olivas, presidente de Bancaja, y Rodrigo Rato, de Bankia, se han declarado la guerra (judicial). El Consejo de Administración de Bancaja aprobó anoche, tras cuatro horas y media de intenso debate, autorizar a su presidente a “recurrir a las acciones judiciales que estime pertinentes” para responder a Bankia, que le acusa de haber inflado su valor para la fusión en septiembre de 2010 y le exige ahora que se someta a una segunda auditoría. Para el consejo de administración de la entidad valenciana tales acusaciones son “falsas e infundadas”, según han revelado a Vozpópuli fuentes del consejo.
Los nuevos poderes concedidos a José Luis Olivas y al vicepresidente, Francisco Pons (que ayer se ausentó de la reunión) suponen una “situación de guerra abierta”, reconocen fuentes del consejo que aseguran que así se reflejó en las intervenciones de la sesión mantenida hasta pasadas las nueve y media de la noche.
La decisión del Consejo de Administración tiene ya una primera consecuencia y es que Bancaja se niega a someterse a una segunda auditoría, tal y como exige su matriz y, por tanto, rechaza también aportar nuevos fondos o diluir su presencia en la sociedad controlada por Bankia, tal y como les demandaba Rodrigo Rato.
La maniobra de la entidad valenciana intenta, además, bloquear la composición actual del grupo BFA-Bankia en los términos que se suscribieron el pasado 14 de septiembre de 2010 -cuando se ratificó la fusión- según los cuales, Bankia (la antigua Caja Madrid) representaba el 52,06% de la sociedad, Bancaja el 37,7% del capital y otras cinco entidades el capital restante (Caja Insular de Canarias, el 2,45%; Caja de Ávila, el 2,33%; Caixa Laietana, el 2,11%; Caja Segovia, el 2,01% y Caja Rioja, el 1,34%). Para mantener esa posición accionarial, Bancaja argumenta que no ha mentido sobre su valor real y que Bankia conocía los riesgos, tal y como se recoge en este folleto publicado en su salida a bolsa:
Los consejeros de Bancaja aseguran haber sido “presionados” por Rato
Seis de los consejeros de Bancaja son, además, los representantes de la entidad valenciana en el consejo de su matriz, BFA-Bankia. El pasado 7 de febrero, los seis apoyaron la propuesta de Rato de someter a la entidad valenciana a una segunda auditoría para establecer su valor real. Hoy aseguran que lo hicieron “presionados por Rodrigo Rato que les llamó a su despacho personalmente”.
Según su versión, el presidente de Bankia pidió a los seis consejeros valencianos que se comprometieran a permitir esa segunda auditoría que iba a ser encargada a PriceWaterhouseCoopers para conocer si las cuentas de Bancaja habían sido “infladas”.
Durante el consejo de administración de BFA-Bankia el pasado 7 de febrero, dos de los representantes de Bancaja apoyaron la iniciativa de la auditoría de manera tácita al no asistir a la reunión (y no votar en contra). Se trataba del vicepresidente, Francisco Pons, y el consejero Antonio Tirado. Los otros cuatro consejeros votaron directamente a favor de la propuesta de Rato de auditarse a sí mismos por segunda vez. En este caso, eran Ángel Villanueva, Rafael Ferrando, José Rafael García Fuster y Remigio Pellicer, pese a que este último mostró reticencias iniciales para dar luz verde a las nuevas cuentas. La decisión, finalmente salió adelante por unanimidad, tal y como adelantó Vozpopuli el pasado viernes.
En el consejo de administración de Bancaja de ayer, esos mismos seis consejeros se ausentaron de la votación para evitar que su presencia pudiera suponer un “conflicto de intereses” y, por tanto, anular las decisiones. El consejero Antonio Tirado fue quien pidió la palabra para excusar su presencia y la de sus cinco compañeros y permitir que la petición de impugnación de las decisiones de BFA-Bankia fuera adoptada de manera unánime.
Con este movimiento, Bancaja también intenta bloquear la composición y el reparto de los consejeros tal y como fueron pactados en el momento de la fusión. Según esos términos, el máximo órgano de dirección de BFA-Bankia lo forman 21 ejecutivos de los que 11 son representantes de Caja Madrid, 6 de Bancaja, 1 de Caja Ávila, 1 de Caja Insular de Canarias y dos consejeros más son consejeros independientes.
“Si tenéis un problema, sentaos a hablar”
Durante las cuatro horas y media que duró el acalorado debate -que comenzó pasadas las cinco de la tarde y se prolongó casi hasta las nueve y media de la noche¬- algunos consejeros reprocharon al presidente Olivas su “enemistad clara y manifiesta” con Rodrigo Rato y achacaron parte de la situación al desencuentro personal entre ambos. “Si tenéis un problema personal, sentaos a hablar”, le llegó a espetar uno de los consejeros a su presidente.
Los consejeros trasmitieron a Olivas su convencimiento de que la guerra abierta con Bankia podría haberse resuelto de manera “amigable” si hubiera habido interlocución entre los presidentes de la entidad madrileña y la valenciana.