Un juzgado de La Coruña ha fallado a favor de Manuel Jove -expropietario de Fadesa- en la demanda que presentó Fernando Martín contra él por supuestas irregularidades en la venta de la inmobiliaria gallega, que se produjo en 2007.
Martín, actual presidente de Martinsa Fadesa y expresidente también del Real Madrid, acusaba a Jove -uno de los hombres más ricos de España- de haber empleado datos falsos para inflar en 1.576 millones la valoración de Fadesa, que compró por 4.045 millones de euros. El juicio comenzó en diciembre de este mismo año.
Richard Ellis auditó la valoración
El juez considera que "no hay relación casual que permita ligar la actuación de los demandados con el daño descrito", en este caso la pérdida de valor de los activos después de su venta. La consultora estadounidense CB Richard Ellis fue la encargada de hacer la valoración.
En uno de los puntos de la sentencia se asegura que "Martinsa, antes de su fusión con Fadesa (...) había llevado a cabo un examen exhaustivo de la situación de la sociedad adquirida, y había (...) examinado dtenidamente, con el debido asesoramiento legal y técnico, la situación de la sociedad objeto de la adquisición, sus activos y todos los aspectos relativos a la actividad empresarial desarrollada por la misma".
En el fallo también se puntualiza que Martinsa no compró activos de Fadesa, "sino que compró Fadesa". Por ello, asegura, "no estamos ante una compraventa de activos sino de una empresa que se valora con criterios muy diferentes de los utilizados para adquirir bienes concretos". Además, puntualiza el juez, "no se adquirió una empresa cualquiera, sino una sociedad cotizada cuya valoración se efectúa a través de otros mecanismos alejados de la compra de activos aislados".
Por todo ello, se concluye que "bastaría esta inobjetable realidad -que la compra se hizo mediante opa- para que la demanda no debiera ser ni siquiera considerada pues todos los argumentos del demandante giran en torno a un hecho falso: la pretendida compra de activos cuyo valor no sería el pagado por ellos". "La verdad -termina el fallo- es que nunca se valoraron activos porque no se compraban activos".