Garzón ha salido victorioso de la tercera causa que tenía pendiente con la justicia. En este caso la relacionada con las desapariciones del franquismo. La Sala Penal del Tribunal Supremo ha decidido absolver al juez por un delito de prevaricación, según informa Efe . La acusación venía de parte de la organización de extrema derecha Manos Limpias y de la asociación Libertad e Identidad.
La sentencia, adoptada por mayoría de 6 a 1, será notificada a las partes a las 13.30 horas.
Fuentes del Alto Tribunal han señalado que el fallo no es unánime, pues algunos de sus miembros consideran que Garzón sí incurrió en una transgresión del Derecho. Los votos particulares reflejarán estas diferencias de percepción.
En un mes especialmente complicado para el 'superjuez' en el que se ha enfrentado a tres sentencias judiciales, Garzón ha perdido la más importante de ellas, relacionada con las escuchas de la trama Gürtel, y que ha acabado con su expulsión de la carrera judicial. El otro caso, el relacionado con supuestos delitos de cohecho en relación a unos patrocinios para financiar cursos en Nueva York, fue archivado por prescripción pero ha sido recurrido por la acusación popular.
Una decisión polémica
La causa tuvo su origen en la decisión que Garzón, como titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, tomó el 16 de octubre de 2008, cuando se declaró competente para investigar las denuncias de 22 asociaciones de familiares de desaparecidos durante la Guerra Civil y el franquismo y autorizó la apertura de 19 fosas en toda España, informa Efe.
En el auto, el juez apuntaba como responsables de los hechos a 35 altos cargos del régimen franquista, incluido el dictador Francisco Franco, cuyo certificado de defunción solicitó a efectos de declarar la extinción de la responsabilidad penal. La Fiscalía recurrió la decisión de Garzón y, el 28 de noviembre de 2008, el pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional acordó, por catorce votos contra tres, declarar que Garzón carecía de competencia para asumir esa investigación y que debían ser los Juzgados de cada demarcación los que decidieran sobre la apertura de las fosas.
El 27 de mayo de 2009 el Tribunal Supremo admitió a trámite la querella por prevaricación presentada contra el juez por Manos Limpias y designó instructor de la causa a uno de los más destacados representantes del ala progresista de la judicatura española, Luciano Varela, que un año después, el 12 de mayo de 2010, abrió juicio oral a Garzón.
El juez, por su parte, aseguró que había tomado las decisiones que creía "ajustadas a derecho" para investigar los crímenes del franquismo "como única defensa que las instituciones creo que deben a las víctimas para que no se produzca el olvido y la falta de memoria".