España

El precio del aceite de oliva no solo afecta a los consumidores: los agricultores, al borde de la quiebra

Según el último informe de la Comisión Europea, se producirán un total de 1.385.000 toneladas de aceite de oliva en el cómputo global de este año

  • Estanterías con botellas de aceite en un supermercado de Madrid. -

El aceite de oliva ya ha sido rebautizado como 'el oro líquido'. Una botella a 9 euros. La nueva realidad que España ha asumido paulatinamente y que, por muy desorbitado e irrisorio que nos parezca las etiquetas que marcan su valor, el verdadero epicentro del problema se encuentra en el campo.

Las pésimas condiciones climatológicas de este 2023 ha desembocado en un cultivo que no ha generado beneficios a los trabajadores del sector, hasta el punto de verse en la tesitura de barajar entre sus opciones abandonar definitivamente sus cultivos.

Una vorágine de concatenaciones que ha hecho saltar las alarmas no solo a nivel nacional, sino que la propia Unión Europea ha tenido que tomar carta en el asunto. Según el último informe de la Comisión Europea, se producirán un total de 1.385.000 toneladas de aceite de oliva en el cómputo global de este año. Si se compara con la cifra que se registró en el anterior periodo, la producción se ha reducido en un 39%, es decir, que durante el 2022 se recolectaron un total de 2.272.000 toneladas de aceite de oliva.

Un camino sin retorno. El sector agrícola está inmerso en una profunda crisis que, según lo que ha comunicado la UPA de Andalucía, no se está sabiendo abordar, ya que las autoridades locales están focalizando y centrando sus recursos en tratar de solucionar el precio del aceite de oliva, un hecho insignificante para los propios agricultores.

Y es que el precio del aceite de oliva es intangible para el agricultor porque no hay cosecha, es decir, que los propios trabajadores no están siendo parte directa del aumento de la cuantía en los supermercados porque no tienen cosecha significativa para vender.

El aceite de oliva bajo mínimos y por encima de los 9 euros

Una tesitura a la que jamás se había enfrentado el gremio. Desde UPA Andalucía ha recalcado que es la primera vez que se ven saturados por la falta de cosecha y que "agrava su situación crítica con la pérdida de rentabilidad de las explotaciones, especialmente de olivar tradicional". Aunque no es un hecho que les pille de imprevisto. La pasada campaña tampoco fue fructífera. Es más, parte fundamental de su caída al vacío se debe a repetir de forma consecutiva dos periodos de cosecha con una "drástica disminución".

Las caras largas de los oliveros lo dicen todo. Así ha dado voz a la melancolía generalizada del gremio Cristóbal Cano, el secretario general y responsable de la Sectorial de Olivar y Aceite de UPA: "Hay que ser conscientes de que los olivareros vamos a vivir dos campañas seguidas muy malas, con una drástica reducción productiva, lo que influye negativamente en nuestra rentabilidad. Da igual que el precio esté alto, a nosotros no nos sirve, porque nuestro problema es que no tenemos ingresos al no tener cosecha".

¿Cuáles son las soluciones y medidas que se deben establecer para recuperar nuestros campos y la producción de aceite de oliva a nivel nacional? En primer lugar, erradicar la especulación del mercado. Los propios agricultores han comentado en múltiples ocasiones que durante los años donde el precio se ha mantenido estable, han tenido un mayor beneficio y venta; sin embargo, las constantes subidas y bajadas que han experimentado durante este 2023 provoca una constante incertidumbre que no saben gestionar, lo que da como resultado una mala gestión de sus cultivos a nivel económico.

Por ello, la UPA de Andalucía ha redactado una serie de exigencias que reclaman al Gobierno: "Desde nuestra Organización siempre hemos pedido la regulación de los mercados. Lo hacíamos cuando hace no tantos años el aceite de oliva estaba a 2 euros en origen y lo hacemos ahora que está a 9. Resulta imprescindible que las administraciones pongan en marcha esos mecanismos de regulación de los precios de una forma valiente. La actual Ley de la Cadena Alimentaria es una herramienta clave en este sentido, porque está diseñada para que todos los eslabones tengamos rentabilidad. Junto a ella deben incorporarse nuevas herramientas, como, por ejemplo, unos observatorios oficiales de costes de producción ágiles, que marquen los costes en tiempo real, o un observatorio de márgenes comerciales que vele porque la gran distribución no caiga en la tentación de maximizar sus beneficios especialmente en momentos de gran dificultad como el actual".

¿El adiós al aceite de oliva? El futuro de los agricultores y de los oliveros pinta negro. Ya son varios los sectores agrícolas que han visto como paulatinamente sus compañeros de profesión han abandonado sus cultivos y sus campos por una falta de rentabilidad, como es el caso de los melones y las sandías. Esperemos que, de cara a los próximos meses, el Gobierno rescate al sector y lo eleve hasta rozar sus años dorados, una medida que favorecerá tanto a los propios trabajadores, como a la ciudadanía que tiene que pagar a regañadientes el aceite de oliva a 9 euros el litro.

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