Sánchez elige Sevilla para que el PSOE andaluz blinde el cupo catalán y acalle a los barones críticos

La última encuesta de intención de voto de 40dB castiga al PSOE. Los de Sánchez interrumpen la recuperación respecto al PP que venían protagonizando en los últimos meses. Los populares amplían en este inicio de curso su ventaja con los socialistas a 3,5 puntos, aupando a un 34% la intención de voto para Alberto Núñez Feijóo.

La encuesta confirma el corrimiento hacia la derecha de la intención de voto, el bloque acumula más del 49% de intención de voto, contando en este conteo a PP, Vox y la emergente Se Acabó la Fiesta. Las razones tienen una marcada perspectiva territorial que se hace evidente en Andalucía.

Toda gira en torno al efecto de la financiación singular o el cupo “no-cupo”, como diría la ministra de Hacienda María Jesús Montero, que permitió convertir a Salvador Illa en presidente de la Generalitat. La necesidad de normalizar ese nuevo elefante poliédrico en la habitación -que sigue lleno de aristas para gran parte de los socialistas del resto de España­– lleva a Sánchez a Andalucía.

La comunidad más poblada de España es también la confederación más numerosa del PSOE, con 44.000 de los más de 173.000 afiliados que tiene en todo el país la agrupación. Sin embargo, las filas socialistas en Andalucía viven sus horas menos prósperas. El hecho de que el PSOE haya decidido adelantar su Congreso Federal número 41 que estaba previsto para 2025 a los próximos 15, 16 y 17 de noviembre en Sevilla evidencia la urgencia por cambiar el paso de los de Sánchez.

El Congreso territorial es la oportunidad para crear doctrina y relato. El PSOE ejerce la oposición prácticamente en todo el territorio nacional, a excepción de Asturias, Navarra, Cataluña y la díscola Castilla y la Mancha. Integrar el cupo catalán en el plano regional es un malabarismo del que no escapa al secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, que habla de reivindicar las "distintas singularidades" de cada comunidad y esquiva mencionar el concepto de concierto económico para Cataluña.

"Si empezamos hablando de cómo se llama, seguro que no lo resolvemos", ha proclamado Espadas en la reunión de los socialistas de este inicio de curso. Espadas, que ejercerá de anfitrión como líder andaluz de todos los socialistas en Sevilla en noviembre, aboga por "buscar un buen acuerdo de financiación para el conjunto de los territorios", algo que opone al relato rupturista del PP.

Respuesta desde China

Desde el lejano oriente, el presidente de la Junta de Andalucía, Moreno Bonilla advierte de que el nuevo marco autonómico para Cataluña es la enésima concesión para Cataluña “¿vamos a dejar que pagando lo mismo unos beban champán … y nosotros huevos fritos con patatas? Yo digo no.”

El mandatario andaluz, que se encuentra en China para promover la comunidad como destino turístico y para captar inversiones calcula que el concierto con Cataluña acarrearía unas pérdidas de 30.000 millones de euros para Andalucía.

Ese marco de financiación “es lo que nos quieren hacer tragar Espadas y la señora María Jesús Montero“, asegura Moreno Bonilla, que acusa a Espadas de “blanquear” la financiación a dedo de Cataluña, evitando la invitación al pacto que le ha presentado Espadas por carta, “es una trampa absurda por la que no voy a pasar”, sentencia el mandatario andaluz.

Ahondando en la crisis de financiación, el presidente del PP no descarta liderar movilizaciones en la calle en contra del agravio contra Andalucía, algo que pondrá contra la pared a los socialistas andaluces. De hecho, el liderazgo de Juan Espadas está en entredicho de cara al 41 Congreso Federal. 

El último barómetro de la Fundación Centro de Estudios Andaluces (CENTRA) que es oficiosamente conocido como el CIS andaluz, consolidaba a Moreno Bonilla en el ecuador de su segundo mandato, con una intención de voto del 31,6 % de los votos, aventajando al PSOE-A casi en 18 puntos porcentuales. 

El runrún sobre la posibilidad de retomar el tradicional bastión de los socialistas en Andalucía, donde gobernaron hasta 2018, con Juan Espadas como candidato, crece de cara al Congreso. De hecho, la anterior secretaria general andaluza, Susana Díaz, se ha visto obligada a volver al escenario para asegurar que su posible vuelta vía primarias está descartada, “esta etapa la pasé”.