Un despliegue policial digno de una cumbre de jefes de Estado, un parte de incidencias fruto de una tranquila jornada dominical. Los 740 agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP, los conocidos popularmente como antidisturbios) que el Ministerio del Interior envió durante la pasada semana desde diversos puntos de España a Cataluña con motivo de las elecciones del 27-S han iniciado este lunes la vuelta a sus bases sin haber tenido que realizar ninguna intervención, según han confirmado a Vozpópuli varias fuentes policiales y desde el propio departamento de Jorge Fernández Díaz. A partir del jueves sólo quedarán cinco grupos de esta unidad repartidos entre la ciudad de Barcelopna y la frontera de La Jonquera. Es la cuarta vez en poco más de un año que el envío de agentes a esta ciudad en previsión de incidentes ligados al movimiento soberanista se salda con la nula actividad por parte de los policías desplazados, según denuncian algunas de las fuentes consultadas. Éstas resaltan el elevado coste en dietas de manutención y alojamiento que ello supone "para nada".
De los 18 grupos de las UIP que se llegaron a estar en Barcelona el domingo, el próximo miércoles sólo quedarán cinco. Dos de ellos, en la frontera de La Jonquera
No obstante, el elevado número de agentes desplazados en esta ocasión no ha sido el único detalle llamativo de un despliegue que llevó a concentrar en la capital catalana nada menos que 18 grupos de las UIP, cuando la plantilla de antidisturbios en la ciudad de modo permanente se limita a dos, algo menos de cien agentes. De hecho, junto a estos 740 funcionarios desplazados acudieron a Barcelona sus máximos responsables, el comisario general de Seguridad Ciudadana, Florentino Villabona, y el jefe de las UIP, el también comisario Miguel Ruiz Igusquiza, algo nada habitual. La última vez que se recuerda que ambos altos mandos estuvieron 'sobre el terreno' durante un dispositivo de estas características fue en los graves altercados registrados al término de las Marchas por la Dignidad de Madrid del 22 de marzo de 2014, que saldaron con cerca de 70 antidisturbios heridos.
Además, el desplazamiento de los grupos de la UIP estuvo precedido de reuniones al más alto nivel en Interior en las que se decidió dar 'visibilidad' al despliegue de agentes uniformados, al contrario de lo que se había hecho en ocasiones anteriores. También acordaron el envío de agentes de las Brigadas de Información, dedicadas a la lucha contra el terrorismo y los grupos extremista. Su objetivo era recabar datos sobre la posible preparación de altercados violentos para prevenirlos. Todo ello pese a que las competencias del Cuerpo Nacional de Policía en esta comunidad se limitan a la protección de los edificios públicos dependientes del Estado (Delegación del Gobierno, Capitanía General y la propia sede de la Jefatura Superior de Policía) ya que la seguridad ciudadana está transferida a los Mossos d'Esquadra, que cuentan con su propio grupo antidisturbios, la Brigada Móvil (BRIMO).
Ahora, este despliegue ha comenzado a desmantelarse de manera escalonada. Una parte de los grupos de la UIP recibieron este lunes la orden de desplazarse hacia Murcia, donde en los próximos días se celebrarán los actos oficiales del patrón de la Policía. Los altos mandos policiales que habían seguido 'in situ' el desarrollo de la jornada electoral también han regresado. Otros grupos empezaran la marcha hacia sus bases este martes. Está previsto que el miércoles ya sólo queden en Cataluña cinco grupos de las UIP. De ellos, tres estarán en Barcelona, mientras los dos restantes se desplazarán a la frontera, a la Jonquera, a hacer labores de control, una de las actividades habituales de estas unidades. El dispositivo del 27-S quedará reducido entonces a su mínima expresión.
De Can Vies al 9-N
No es la primera vez en el último año y medio que Interior hace una demostración de fuerza en Cataluña con el envío de numerosos agentes antidisturbios a la comunidad autónoma sin que, finalmente, tengan que intervenir. Así, en mayo de 2014, y con motivo de los graves altercados violentos registrados en la capital catalana por el desalojo y posterior derribo del centro Can Vies, el departamento de Jorge Fernández Díaz envió con carácter de urgencia a cerca de 200 antidisturbios. Entonces, como ahora, los agentes fueron destinados a proteger los edificios públicos dependientes del Estado, aunque también recibieron órdenes de prestar ayuda a los Mossos d'Esquadra para hacer frente a los violentos si lo solicitaba el Govern. Esta petición de colaboración no se llegó a producir pese a que los incidentes continuaron durante varios días. Aquellos agentes terminaron retornando días después de modo urgente a Madrid tras conocerse la noticia de la abdicación del Rey y de que las redes sociales se llenaran de llamamientos a la participación en las concentraciones convocadas para esa misma jornada en numerosos lugares de España en apoyo a un referéndum sobre el futuro de la monarquía.
En los últimos meses, Interior ya había enviado en varias ocasiones antidisturbios de refuerzo a Cataluña ante la previsión de incidentes. Nunca han tenido que actuar
Meses después, volvía a producirse el traslado de agentes antidisturbios a Cataluña. Fue en septiembre de 2014, con motivo de la celebración de la Diada de aquel año. Entonces, el departamento de Fernández Díaz envió a 250 integrantes de la UIP en prevención de que se produjeran altercados violentos durante aquella jornada. Los policías recibieron instrucciones de llevar consigo toda su dotación de material antidisturbios. Dicho dispositivo también contó con la participación de los dos grupos de las UIP que hay desplegados permanentemente en la ciudad y no se descartó, incluso, el envío de las unidades estacionadas en provincias cercanas o en la frontera si la situación lo hubiera requerido. En total, unos 400 agentes. Desde Interior se justificó entonces parte de este dispositivo en el hecho de que en aquellas fechas se celebraba también en Barcelona el Mundial de Baloncesto.
Sin embargo, pocas semanas después Interior volvió a mandar antidisturbios a la ciudad. La causa fue, entonces, la decisión del Tribunal Constitucional del 29 de septiembre de 2014 de suspender la consulta del 9-N. Los expertos policiales temían que precisamente a partir de esa jornada se iniciase una escalada de la conflictividad en las calles de esta comunidad autónoma y que parte de esos altercados tuvieran como objetivo los edificios oficiales dependientes del Gobierno de Madrid. Entonces fueron cuatro grupos de las UIP, unos 200 agentes, los que acudieron de urgencia a Barcelona en previsión de altercados que finalmente no se produjeron. De hecho, hasta la fecha, todos estos despliegues se han saldado con la vuelta de los agentes sin que tuvieran que intervenir. También con el 27-S.