España

Arrimadas vigila a dos de sus diputados que criticaron las votaciones junto a Podemos

La líder de Ciudadanos mira de reojo a María Muñoz y Guillermo Díaz ya que en las prórrogas de la alarma expresaron reservas en el giro que favoreció al Gobierno de Sánchez. Temor en Cs a que vuelvan las dudas con la futura votación de los Presupuestos

  • Guillermo Díaz, Inés Arrimadas y María Muñoz.

Cuando el Gobierno de Pedro Sánchez y Ciudadanos anunciaron a mediados de mayo el acuerdo para la quinta prórroga del estado de alarma, Juan Carlos Girauta incitó a los "grandes amigos" de la formación naranja que había dejado en la Cámara Baja a que desertaran. Habló en plural, aunque sólo le secundó Marcos de Quinto.

Vozpópuli ya desveló unos días más tarde que De Quinto no estuvo solo en su rechazo al acuerdo para prorrogar la alarma. La diputada valenciana María Muñoz también discrepó con el acuerdo alcanzado por Inés Arrimadas y trasladó que barajaba la posibilidad de votar en contra, aunque al final aceptó los argumentos del partido para votar 'sí'.

El malagueño Guillermo Díaz también expresó sus reservas en aquellas semanas de mayo y se preguntó en varias reuniones internas si era conveniente votar junto a los diputados del PSOE y Podemos, según ha sabido ahora este periódico de fuentes de la dirección del partido naranja.

En todo caso, aquellas dudas de Muñoz y Díaz se disiparon con el paso de los días, al ver el protagonismo que adquiría Ciudadanos en su intento por desmarcarse del PP. "Esos diputados que cuestionaban votar en las prórrogas del estado de alarma, viendo después cuáles fueron los resultados, han reconocido que hicieron el razonamiento equivocado", subrayan las citadas fuentes.

Ahora que se va a empezar a negociar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) con el Ejecutivo de coalición, las miradas de la dirección naranja vuelven a posarse en Muñoz y Díaz. El temor es que si se llega a un acuerdo presupuestario con PSOE y Podemos vuelvan a surgir las dudas, pero el equipo de Arrimadas confía en convencerles de nuevo.

Donde sí que hay "unidad total", a juicio de las citadas fuentes, es en la Ejecutiva Permanente, el núcleo duro de Cs en torno a la presidenta, así como en la Ejecutiva ampliada formada por una treintena de dirigentes y cuyas reuniones son una vez al mes.

El "secretismo" de mayo

Cuando Sánchez y Arrimadas anunciaron su pacto para la cuarta prórroga, la gran mayoría de los diputados naranjas se enteraron de ello por la prensa. Ningún dirigente les previno de las negociaciones y a escasas horas de la votación para extender el estado de alarma, varios de ellos mostraron su "malestar" y trasladaron a Arrimadas y al secretario general del grupo parlamentario, José María Espejo-Saavedra, su disconformidad con el "secretismo" con el que se habían llevado los contactos.

Esa "falta de tacto" hizo que Marcos de Quinto dijese que no veía bien apoyar políticamente a este Gobierno en el que está Podemos. Además, mencionó los errores en la gestión de la pandemia que se habían descubierto y lamentó el estado de excepción encubierto en el que vivía el país.

De Quinto dijo que no se sentía cómodo con el acuerdo y amagó en un primer momento con saltarse la disciplina de voto, lo que obligó a Espejo a tener varias conversaciones con él hasta que le convenció de que era mejor prorrogar el estado de alarma para que no cayesen los ERTEs de forma abrupta.

Algo parecido ocurrió con Muñoz, quien advirtió a sus compañeros del grupo parlamentario que estaba de acuerdo con lo que decía De Quinto, que no se encontraba conforme con el acuerdo y que barajaba la posibilidad de votar en contra.

María Muñoz.

Otros compañeros del grupo manifestaron su disgusto en cómo se estaban haciendo las cosas. Ello obligó a Espejo y a la secretaria general de la formación liberal, Marina Bravo, a hablar con cada uno de ellos para que la unidad de los diez escaños naranjas no se resquebrajase en la votación de la cuarta alarma. Las gestiones dieron sus frutos pues finalmente hubo diez 'síes'.

Para la quinta prórroga y sucesivas mejoró la comunicación entre la dirección y el grupo parlamentario. Se realizaron reuniones con los diputados y a estos últimos se les prestó "más atención" comunicándoles los pasos que se estaban dando. 

Un perfil de independiente

Muñoz cuenta con un perfil muy similar al del exdirectivo de Coca-Cola: fue uno de los fichajes estrella de Rivera en febrero de 2019 de cara a las elecciones generales de hace un año, es economista y abogada de profesión y entró en las listas de Cs como independiente para encabezar la candidatura en Valencia gracias al apoyo y promoción de Toni Cantó.

Licenciada en Derecho y experta en asesoramiento financiero para la banca privada, se afilió a Ciudadanos en junio del año pasado al mismo tiempo que De Quinto, Bal, el aragonés Daniel Pérez y el mallorquín Joan Mesquida como muestra de fidelidad a Rivera tras la sonora dimisión de Toni Roldán y el pulso que echaron al entonces presidente las caras más visibles del llamado sector crítico.

Durante el estado de alarma tuvo cierto protagonismo al ser la diputada de Ciudadanos que a finales de marzo subió al estrado para defender la posición del partido en la primera prórroga. En aquella ocasión, Arrimadas ya se había confinado en su domicilio -sólo ha ido al Congreso para el debate y votación de la cuarta prórroga- y Edmundo Bal aún no había pasado la cuarentena domiciliaria que se autoimpuso tras superar el coronavirus.

Guillermo Díaz.

Díaz, por su parte, es licenciado en Derecho y experto en mediación civil. Lleva desde 2016 como diputado de Cs, así que es su tercera legislatura. Es uno de los referentes del partido naranja en Andalucía. En especial, en la zona de la Costa del Sol ya que su acta es por la provincia de Málaga.

Gerente de complejos de exhibición cinematográfica y autor de libros de historia -'Hipatia de Alejandría' y 'Las mentiras del cine bélico'-, este abogado llegó a la política de la mano de Rivera y ahora es el portavoz del partido en la Comisión de Sanidad que analiza los efectos de la pandemia.

Durante la gestora, Díaz ejerció como secretario de Comunicación de Cs, pero Arrimadas le quitó esas atribuciones cuando llegó a la presidencia, al diluir este área dentro de la Secretaría de Organización que dirige Borja González tras una etapa, la de Fernando de Páramo, en la que tuvo mucho peso interno con Rivera.

Varios de los compañeros del diputado malagueño advirtieron a Vozpópuli antes del verano que veían a Díaz desubicado a la espera de que Arrimadas designe funciones orgánicas dentro de Ciudadanos más allá de su núcleo duro. 

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