El Ayuntamiento de Madrid está planteando implantar una iniciativa llamada "Grúa Express" que permitirá que las grúas municipales puedan retirar ellos mismos los vehículos que encuentren mal estacionados en la vía pública sin necesidad de que estén presentes o un Agente de Movilidad o un Policía Municipal.
Esta medida que baraja el consistorio que dirige Ana Botella -que ha sido heredada del mandato de Alberto Ruiz-Gallardón- ya ha encontrado las primeras voces en contra entre los responsables sindicales de Movilidad o Policía, que consideran que traerá más problemas que beneficios. En un comunicado enviado a los medios, el Sindicato Profesional de Agentes de Movilidad, federado en CSIT Unión Profesional, explica que la realidad puede ser bastante distinta a como se ha querido pintar por los responsables del Ayuntamiento. "Los operarios de grúa, al no ostentar la condición de agentes de la autoridad, no podrán llevar a cabo la notificación y abono de la denuncia, ni el cobro de la bajada de la grúa cuando el conductor del vehículo inmovilizado se persone antes de la marcha de la misma", declaran.
El operario enviará la infracción al policía en oficina, que tramitará la denuncia y la enviará al operario, que podrá entonces llevarse el vehículo infractor
Este es el principal problema que supondrá la medida, ya que acaba atribuyendo al gruero unas potestades que no son suyas. "La idea del Ayuntamiento es que el conductor de la grúa tenga comunicación directa con un policía municipal que estará en una oficina. La grúa irá circulando por la ciudad, de manera parecida a como lo hace el coche que vigila el carril bus, y cuando detecte un vehículo mal estacionado en la vía pública, enviará telemáticamente la fotografía y la incidencia al agente, que tramitará la correspondiente denuncia, que será devuelta al gruero para que proceda a retirar el vehículo, una vez 'legitimado' para hacerlo", explican fuentes policiales a Vozpópuli.
Según estas mismas fuentes, el inconveniente de solicitar una grúa para retirar un vehículo ha sido siempre el tiempo de espera hasta que llega la misma, de manera que en ocasiones, y para no tener a los agentes parados, "se avisaba a la grúa, y mientras procedía, se continuaba con el servicio por la zona, pero estando localizados por si había que volver al lugar de la infracción, principalmente si regresaba el conductor antes de que su coche fuera retirado".
Con esta nueva iniciativa, será el operario de grúa el único que interactúe físicamente con el conductor del vehículo inmovilizado. "La carga de un vehículo conllevará mucho más riesgo para la integridad física para el gruero ya que, al hacerse sin la colaboración de un agente de la autoridad (Policía Municipal o Agente de Movilidad), los caso de agresiones aumentarán", defiende el responsable de la Sección de Policía Municipal del Ayuntamiento en CSIT. Además, advierte de la "falta de medios por parte del servicio de grúas para poder constatar si el vehículo cargado ha sido sustraído o no, lo que podría suponer la ilegalidad del acto de retirada de ese vehículo de la vía pública, ya que esa información sólo la puede conocer un agente de la autoridad".
La medida ya fue criticada en Sevilla y Málaga por el Tribunal Superior de Justicia andaluz, al no tener los grueros presunción de veracidad por no ser un agente de la autoridad
Esta misma medida ya fue utilizada por el Ayuntamiento de Málaga, aunque en esta ciudad fue el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía el que se pronunció en contra de una multa argumentando que era 'contraria a derecho', "por la falta de presunción de veracidad de los operarios de grúa al ser estos ajenos a cualquier cuerpo considerado como Autoridad", como recuerda Jesús Méndez, Secretario General del Sindicato Profesional de Agentes de Movilidad. Este servicio ya había sido tumbado por el mismo tribunal en Sevilla meses antes, aunque otros ayuntamientos están barajando una alternativa: nombrar a los operarios de grúa agentes de la utoridad para así equiparar esa competencia a la de policías locales o Agentes de Movilidad.
Méndez incide además en que la imlantación perjudicará la calidad del servicio que se presta al ciudadano, ya que se alargará el tiempo de espera de la llegada de la grúa porque, salvo que se dote al servicio de nuevos vehículos para la Grúa Express, lo que presumiblemente se hará será destinar grúas ya operativas, que dejan de estar disponibles para el normal funcionamiento de los servicios (partidos de fútbol, servicios nocturnos, o llamadas urgentes al 092 o 112).
Pero, ¿para qué aumentar entonces el número de vehículos retirados si esto no mejora la calidad del servicio? Los afectados hablan de motivación económica principalmente. En 2012 Málaga recaudó con este servicio 978.000 euros. En Madrid las tasas para 2013 fijaban un precio de 147,55 euros por la retirada de un turismo con grúa y su traslado a la base municipal (cada tipo de vehículo tiene su tasa). Dependiendo además del tiempo transcurrido hasta que se sacara de allí, se sumaban 1,85 euros por hora o 19,20 euros por día, según establece Madrid Movilidad. "Crear este servicio sólo servirá para aumentar el número de vehículos retirados pero perjudicando notablemente al ciudadano de Madrid, que si necesita la colaboración urgente de una grúa, verá cómo ésta tarda más, ya que estarán ocupadas, y la prioridad ya no será del ciudadano", concluye Méndez.
