España

El banco separatista catalán crea una academia para formar 'empleados patriotas'

Como un reality show. Así definen los propios promotores de 11Onze la nueva academia que han creado para formar "en cuerpo y alma" a empleados que escapen de la lógica

Como un reality show. Así definen los propios promotores de 11Onze la nueva academia que han creado para formar "en cuerpo y alma" a empleados que escapen de la lógica del banco tradicional. El nuevo banco independentista, que busca operar fuera del control del Banco de España, recibió una inversión inicial millonaria para hacer el proyecto solvente y ahora ha iniciado el proceso de contratación.

Desde este lunes, 50 futuros agentes comerciales están conviviendo -tras un test de antígenos- en el Campus La Mola, a 35 minutos del Aeropuerto de El Prat, para aprender los "valores" de un nuevo banco que debe "devolver la banca a las personas y a los Països Catalans", según afirman en su web.

La dirección hará un proceso de selección poco ortodoxo. Más similar a un casting que a una entrevista de trabajo. Los aspirantes a trabajar en la nueva fintech catalana están desde este lunes juntos las 24 horas del día durante tres semanas en el Campus La Mola Châteauform. De los 400 candidatos iniciales, solo 50 han sido elegidos para formar parte de esta experiencia.

Certificado del banco

El emplazamiento elegido es un complejo de 250 metros cuadrados, en el seno del Parque Sant Llorenç de Munt, con 185 habitaciones y capacidad para albergar hasta 400 personas. Desde Vozpópuli se ha intentado contactar con la dirección de la nueva entidad en varias ocasiones, pero el secretismo es total.

Solo a través de su página web explican que la academia es "revolucionaria" en términos de educación empresarial, y que se "activará en cada ola de contratación". El precio de este campus es, según aparece en la web de la propiedad Campus La Mola Chateauform, es de 260 euros por noche, aunque se ha ocupado 11Onze de sufragar todos los gastos de sus futuros empleados.

Después de estas tres semanas de formación, se certifica oficialmente a los agentes para operar. Según explican en un vídeo a El Món, los tres pisos de una nave industrial "llena de pruebas" les sirve para valorar a sus futuros empleados. Buscan a "personas valientes" y también les dejan tiempo libre para "aburrirse" o, entre otras actividades, "hacer yoga".

Su mayor objetivo es desmarcarse de España y de la manera de funcionar de los grandes bancos tradicionales. Aseguran que "en los países avanzados" lo que proponen es algo corriente. Si no quieren estar bajo el paraguas del Banco de España por lo que respecta a poder operar en la Unión Europea, tampoco quieren reproducir los esquemas y costumbres tradicionales de trabajar en España.

Nicho de mercado

Como informó este medio, el proyecto va dirigido a los consumidores de clase media independentista que, tras la marcha de Caixabank y Banc Sabadell de Cataluña por el desafío separatista, se han quedado huérfanos de una entidad financiera de matriz catalana y que se identifique con sus valores independentistas.

Desde la nueva entidad calculan que existen unos 3,4 millones de potenciales clientes y 382.000 pymes interesadas en que 11Onze se convierta en su entidad de referencia. Y con el valor añadido de ser la única entidad catalana fuera del control español.

Las fuentes consultadas creen que existe un nicho de mercado, no muy extenso pero suficientemente relevante, como para poder funcionar en Cataluña. Las razones que esgrimen es que hay al menos dos millones de catalanes que no quieren depositar su dinero en bancos que han abandonado Cataluña o que, directamente, consideran que "trabajan en contra de la independencia".

En un primer momento, tras el alud de empresas y bancos que abandonaron la región debido a la inestabilidad política originada por el procés independentista, Caixa d'Enginyers jugó este papel de manera circunstancial. Fue la única entidad financiera -junto a Caixa de Guissona- que no trasladó su sede fuera de la región y se benefició de esa decisión, ya que muchos contribuyentes de clase media y media alta simpatizantes con el procés decidieron mover ahí sus ahorros.

Pero Caixa d'Enginyers no ha querido explotar este rol de entidad secesionista. 11Onze, en cambio, está totalmente orientado a asumir el papel de "banco independentista" y elevarlo a otro nivel: escapar del control del Banco de España y dirigirse a aquellas personas y empresas que creen en la idea de una Cataluña "libre y soberana".

Empresas familiares

La participación de empresas catalanas muy conocidas ha sido clave. Es una operación que no extraña a nadie en los círculos económicos catalanes. La idea de estas familias catalanas independentistas es crear su propio banco, ya que consideran que su margen de crecimiento no pasa tanto por ampliar su negocio fuera de Cataluña sino en invertir en sectores clave -como la energía, los seguros o, en este caso, las finanzas- de obediencia estrictamente catalana.

La directora general de la entidad, Natàlia Cugueró, ha medido mucho sus intervenciones públicas. En un primer momento se limitó a informar de que la ronda se había cerrado en tiempo récord (solo diez días de las ocho semanas previstas) y que pudieron descartar "a grandes empresas" al atraer un perfil de inversor más representativo del tejido productivo de Cataluña.

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