Hace 25 años Barcelona estaba pletórica. Los Juegos Olímpicos acababan de llegar a una ciudad que acogía el momento con una expectación histórica. Fueron un punto de inflexión. Con ellos Barcelona se proyectaría en el futuro y en el mundo. Fueron, sin duda, un ejemplo de solidaridad, paz, respeto por los demás, por la cultura del esfuerzo, la búsqueda de la excelencia y el juego limpio.
Tal vez por eso Barcelona quiso mantener vivo el recuerdo de los Juegos Olímpicos y conmemorar su aniversario. Por eso la ciudad condal celebraba hace unos días aquel momento. Pero cuando todavía resonaban los fastos del homenaje, la barbarie yihadista ha querido remarcar para sí estas fechas con un atentado que ha dejado una conmoción y un dolor infinito entre todos los ciudadanos.
Mientras los Juegos Olímpicos reunieron en un mismo ambiente la convivencia, la cohesión social y la sostenibilidad de varios países, la tragedia del atentado, el sinsentido de la sinrazón, ha dejado víctimas en las Ramblas de la Ciudad Condal de diversos países. De luto están: Argentina, Alemania, Venezuela, Francia, Holanda, Perú, Rumanía, Bélgica, Cuba, Irlanda, Grecia, Macedonia, Reino Unido, Austria, Paquistán, Taiwan, Canadá, Ecuador, Estados Unidos, Filipinas, Kuwait, Turquía, China y, por supuesto, España.
Con el suceso de Barcelona, son dos los atentados de este tipo de terrorismo en España desde que, en 2004, varios trenes de la Estación de Atocha saltaran por los aires. Ahora, 14 personas han muerto y 130 permanecen heridas, 16 de las cuales en estado grave. Por eso, mantener viva la llama olímpica que nos prendió el alma hace ahora 25 años, parece más difícil que nunca.
Ante la barbarie: unidad
Barcelona se ha volcado con el suceso y las víctimas. Al alud de manifestaciones de solidaridad y fraternidad del pueblo catalán también se han unido las respuestas de miembros del panorama político español. Horas después del atentado, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, encabezó un comité de crisis junto a la Alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en el que aseguró que Cataluña, pese al ataque, "ha sido, es y será tierra de paz, bienvenida y acogida".
Felipe VI también condenó el atentado terrorista en un mensaje en su cuenta oficial de Twitter en el que dice, textualmente, de los autores: "Son unos asesinos, simplemente unos criminales que no nos van a aterrorizar". "Toda España es Barcelona. Las Ramblas volverán a ser de todos".
Y el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, destacó en la medianoche del suceso que "la primera prioridad" son las víctimas y ha transmitido la solidaridad de toda España con Barcelona.
En las redes sociales la solidaridad con Barcelona ha sido constante con el hashtag: #Barcelonacontigo de particulares anónimos y también famosos deportistas españoles y de varias nacionalidades, así como políticos y famosos. Entre ellos la primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, quien ha asegurado en su Twitter oficial que sus "pensamientos" y "oraciones" están con la ciudad de Barcelona.
También edificios emblemáticos se unen en el dolor contra el terrorismo. La torre One World Trade Center de Nueva York, se iluminó durante la noche con los colores de la bandera nacional española para honrar a las víctimas, al igual que hicieron en el Palacio de Planalto, la sede de la Presidencia brasileña o en el ayuntamiento de Tel Aviv.