El ‘caso Villarejo’ ha destapado la actividad empresarial que el polémico excomisario llevó a cabo durante años al margen de la Policía y con el visto bueno de sus superiores. La cartera de clientes privados contemplaba desde un despacho de abogados, a particulares o algunas de las empresas más relevantes del país como es el caso del BBVA.
La relación entre el segundo banco español y las sociedades de Villarejo, ahora bajo investigación de la Audiencia Nacional, se remonta al menos al año 2004 y tuvo lugar casi hasta el mismo arresto del excomisario 12 años después. Los trabajos afectaron a altas instituciones del Estado o tocan algunas de las investigaciones más sonadas de los últimos años.
Con todo, el abogado del comisario declaró esta semana que su cliente aportaría más información en su próxima declaración en la Audiencia Nacional. A la espera de esas nuevas revelaciones, esta es la cronología de una relación de ida y vuelta sostenida en el tiempo que le reportó al comisario y sus colaboradores beneficios económicos millonarios:
Septiembre de 2002. El nexo de unión. Probablemente nada de lo que se ha conocido hasta ahora habría sido posible sin la llegada de Julio Corrochano al cargo de responsable de seguridad del banco luego de una dilatada carrera en la Policía. En el Cuerpo conoció a Villarejo y eso bastó para que “Julito” (como se refieren a él en las grabaciones) fuese el nexo de unión entre el cabecilla del ‘caso Tándem’ y el presidente de la entidad bancaria, Francisco González, conocido como ‘FG’.
Noviembre de 2004. La guerra con Sacyr. La constructora presidida por Luis del Rivero intentó hacerse con el control del BBVA mediante la compra del 3% del banco. Respondía más a una estrategia política del Gobierno socialista de entonces con el único fin de sacar a 'FG', quien se echó en manos de Villarejo en calidad de solucionador de problemas. Sólo 90 días después, aquel plan se desbarató. Este sería el primer gran encargo del comisario todavía en activo, que ya nunca dejaría de trabajar para la entidad.
Mayo de 2005. Miguel Sebastián. Villarejo ya había conocido a Enrique García Castaño, ‘el Gordo’. Eran los inicios de un activa colaboración entre ambos que ha acabado en los tribunales. En un audio al que tuvo acceso ‘Vozpópuli’ se le escucha a Villarejo decir que ha espiado al exministro Miguel Sebastián, en ese momento jefe de la oficina Económica de Moncloa: “La opinión del FG, que el hijoputa es muy malo, es buscar alguna fórmula para desequilibrar al que es su enemigo, porque en el fondo el que ha montado todo el 'show' de Sacyr ha sido Sebastián”.
En una investigación conjunta, ‘El Confidencial’ y ‘Moncloa.com’ aportaron que, en el marco de esas pesquisas, Villarejo también recopiló datos de 4.000 números de teléfonos entre los que había empresarios, banqueros y hasta periodistas. También remitió a los responsables del BBVA una supuesta conversación de la entonces vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, en la que se deduce que Moncloa estaba detrás el intento de asalto de Sacyr. Entre las gestiones de Villarejo se incluyó una investigación sobre el papel del rey emérito, don Juan Carlos.
Febrero de 2012. Cinco millones de euros. Según adelantó 'El Independiente', entre ese mes y abril de 2017, las empresas de Villarejo ingresaron más de cinco millones de euros del banco repartidas en 22 facturas, más de la mitad correspondientes a la etapa en la que el comisario seguía en activo. En una de las muchas conversaciones con García Castaño se le escucha decir que todos los meses le daban “un recibito”.
Septiembre de 2013. Informes “riesgo país”. Uno de los empleados de Villarejo en su empresa particular Cenyt admitió en la Audiencia Nacional haber sido el autor de 46 informes mensuales para el banco por los que cobró un total de 69.000 hasta junio de 2017. Según dijo, eran trabajos de “riesgo país”, si bien la Policía y la Fiscalía investiga ahora el contenido real de esos trabajos. El empleado de Villarejo, expolicía, afirmó que percibía 1.500 euros por cada uno, pero fuente de la investigación están convencidos de que lo que ingresaba la sociedad del cabecilla de Tándem eran cantidades muy superiores que podían rondar los 50.000 euros.
Año 2013. Ausbanc. Es hasta ahora el último gran encargo conocido de Villarejo para el BBVA. El banco se sentía víctima del presidente de la asociación de consumidores bancarios, Luis Pineda, actualmente en prisión a la espera de juicio por extorsión. La entidad encargó entonces que le investigase y el comisario y sus colaboradores recopilaron numerosa información personal suya y de sus contactos en la judicatura y en el mundo de la política. Según ha desvelado ‘Vozpópuli’ estas pesquisas incluyeron el espionaje a jueces o recopilación de datos personales de dirigentes del PP.
Enero de 2014. Relación de ida y vuelta. En una conversación grabada por el propio Villarejo, se le escucha jactarse de que sus contactos con el BBVA le proporcionaban datos de movimientos bancarios de clientes, según cree la Fiscalía. Lo dijo en el marco de una de sus investigaciones privadas, en este caso sobre un despacho de abogados.
Noviembre de 2017. Fin. El 3 noviembre la Unidad de Asuntos Internos procedió al arresto de Villarejo y con ello la caída de un comisario que siempre gozó de una imagen de intocable dentro de la Policía. El ‘caso Tándem’ se divide ya en al menos nueve piezas separadas, la última de ellas la relacionada con los trabajos para el BBVA que permanece bajo secreto de sumario.